Fútbol y el peso del ladrillo

El Villarreal y los azulejos. Pamesa, empresa azulejera de Castellón, es una de las pocas supervivientes, al igual que el modesto club controlado por su propietario, Fernando Roig. A pesar de sus escasos recursos financieros, se ha colado entre los más grandes de la Liga. El riesgo de Roig es que tiene otras empresas que dependen de la construcción y podrían verse afectadas.
El Atlético se muda. La familia Gil Marín intentó sacar provecho de la venta del estadio Vicente Calderón y su traslado a La Peineta. El problema es que el coste de las obras de mejora será mayor a los ingresos obtenidos. Pero lo peor es que una de las mayores fuentes de ingresos de los Gil es la inmobiliaria Gilmar, que está acusando también la grave crisis del sector.
Ladrillazo al Racing. La constructora SEOP Obras y Proyectos, perteneciente al Grupo Silver Eagle, anunció el pasado 18 de marzo que había presentado ante un juzgado una solicitud de concurso voluntario de acreedores por la falta de liquidez motivada por los recientes impagos de clientes del sector inmobiliario. Fue la primera en caer tras las elecciones generales.
El Sevilla y 'Malaya'. El presidente del Sevilla, José María del Nido, también está vinculado al sector de la construcción. En 2006, la Fiscalía presentó una querella contra él en Marbella en el marco de la 'operación Malaya'. Del Nido, que estuvo imputado, sigue figurando en el Registro como administrador de las inmobiliarias Probomi, Promociones Los Ansares, Nideldo y Tairo.
El riesgo del Almería. La Unión Deportiva Almería es propiedad de un empresario murciano: Alfonso García Gabarrón. Y su dependencia del sector de la construcción es evidente. Aunque tiene otros negocios, cuatro de sus empresas están vinculadas al mercado inmobiliario. Es el caso de Promociones Avenida Andalucía, Almería del Sol, Inmuebles Impro y Megasa.
El Betis y Lopera. El presidente y principal accionista del Real Betis Balompié tiene parte de su patrimonio invertido en el sector inmobiliario. En este caso, sin embargo, el riesgo es aún mayor porque el club sevillano tiene por sí sólo múltiples problemas financieros. Lopera está imputado por haber desviado fondos, presuntamente, del equipo a sus empresas particulares.
Mallorca, bajo la crisis. El empresario Vicente Grande Garau se convirtió en el accionista principal y dueño absoluto del Mallorca al detentar casi el 80 por ciento de las acciones tras comprar los títulos del Grupo Zeta y de Francisca March en 2006. Grande Garau es el dueño del Grupo Inmobiliario Drac y tiene más de 15 empresas vinculadas al negocio inmobiliario y la construcción.
Especulación en el Valencia. Juan Bautista Soler no es sólo el nombre del principal accionista del Valencia, sino también el de una de las mayores promotoras inmobiliarias de la región. A Soler, que inició la retirada de Mestalla para sacar partido a la especulación urbanística, se le acumulan los problemas: la crisis deportiva se suma al parón de la construcción.
El Recreativo y las obras. Francisco Mendoza Taboada, dueño del equipo onubense, es un conocido constructor de la zona. Mendoza sabe ya lo que es la crisis porque hace unos años se vió obligado a cerrar una compañía: Servicios y Construcciones de Huelva. El decano del fútbol español también hizo obras e inauguró un nuevo estadio hace ahora siete años.
El Zaragoza y la Expo. La Expo 2008 ha acelerado la remodelación de La Romareda, que además de seguir siendo un estadio de fútbol, albergará un centro comercial. El dueño del equipo aragonés, Agapito Carmelo Iglesias, tiene casi una veintena de empresas vinculadas a la construcción. Su mala situación deportiva y financiera puede agravarse aún más.
El Murcia y la promoción. Un conocido promotor inmobiliario, que estuvo durante años al frente de la Liga de Fútbol Profesional, Jesús Samper, es el dueño del Murcia. Samper ha encabezado la construcción del estadio Nueva Condomina, convertido además en un gran parque comercial rodeado de viviendas, a las que ha sabido sacar provecho. Su ventaja es que tiene otros negocios.
Alerta en el Levante. El Levante acaba de cambiar de manos. Aunque, eso sí, de constructor a constructor. Julio Romero compró las acciones a Pedro Villarroel, que llevaba 25 años al frente del club. Romero figura como administrador único de Trover Soluciones Integrales, una sociedad dedicada a la promoción inmobiliaria con sede en Valencia. El riesgo continúa...
El Economista, 14/04/08, págs. 10 y 11
Etiquetas: el tinglado inmobiliario, Liga de Fútbol Profesional, Racing de Santander, SEOP

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