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jueves, septiembre 13, 2007

MARCELINA : "Vendo mi piso por la hipoteca"

El periodico de Aragón, 13/09/2007

Su hipoteca, como tantas otras, se ha disparado. Hasta el punto de que ha decidido vender su piso e irse a uno de alquiler. No quería seguir pagando tanto por una casa de apenas 56 metros cuadrados.

En dos años, su hipoteca se ha disparado. Ha crecido más de 300 euros respecto a lo que pagaba inicialmente. Y no parece que la situación vaya a invertirse. "Todo lo contrario. Aún parece que vaya a subir más". Al final, ha decidido vender el piso, marcharse, con su familia, a uno de alquiler de protección oficial y esperar tiempos mejores. No quería seguir pagando cada vez más por un espacio tan pequeño y con tan pocas comodidades.

Marcelina Moreno y su marido, José Luis, compraron hace dos años un piso en Las Fuentes: 56 metros cuadrados, sin ascensor ni calefacción y que necesitaba grandes reformas. Tienen cuatro hijos, de entre 12 y 18 años, y conviven con una tía de José Luis. Siete en una pequeña casa en la que hubo que hacer muchas obras.

"Le he metido 30.000 euros en reparaciones; cocina nueva, ventanas arregladas, reforma en el salón y en los suelos... Y aún así, el piso sigue siendo pequeño", cuenta Marcelina, que nació en La Habana y lleva dos años en Zaragoza. La pareja comenzó pagando 800 euros por la hipoteca. Ya están por encima de los 1.100, tras las últimas subidas de tipos. La situación se ha hecho insostenible.

"Trabajamos los dos, pero hacemos más horas que un reloj. La hipoteca no ha hecho más que subir y parece que va a subir más. Al final, hemos visto que trabajamos día y noche para pagar la casa. No hacemos nada más", cuenta Marcelina Moreno que, como su marido, trabaja en una empresa de seguridad.

Así las cosas, el matrimonio se enteró de que, dada su condición de familia numerosa, podía acceder con cierta facilidad a las viviendas de protección oficial (VPO). "Así que fui al Toc-Toc (para la información y registro de VPO) y me informaron de que podíamos alquilar un buen piso".

Al final, las subidas hipotecarias han hecho que Marcelina y José Luis se replanteen su vida. La familia va a trasladarse a un piso de alquiler protegido y está encantada, pese a la tristeza que le da no tener casa propia. "Vamos a pagar 550 euros, incluida la comunidad. Son 90 metros cuadrados, cuatro habitaciones, dos baños, ascensor, calefacción e, incluso, piscina", cuenta, entusiasmada, de su próxima vivienda, que está en Parque Goya I.

Tiempos mejores

La pareja pone a la venta su piso del barrio de Las Fuentes. "Con tanta subida hipotecaria vimos que lo mejor era venderlo; aún le deberé dinero al banco, pero ya no me sube más". A Marcelina le da pena perder su propiedad. "Me produce dolor ver que tras arreglarlo tanto tengo que deshacerme de él. Mi marido me dice ni lo pienses, vamos a deshacernos de él ya, pero me da pena", cuenta.

Lo cierto es que Marcelina y José Luis no querían seguir "trabajando para la hipoteca", porque, además, sus hijos se están resintiendo de esta situación. "No podemos estar tan encima de ellos como es necesario". La decisión fue pensada con cierto tiempo. "Cuando empezaron a subir las hipotecas nos asustamos. Y pensamos que si la nuestra llegaba a los mil euros venderíamos el piso. Porque no podía ser pagar tanto dinero por un piso así. Y pasó".

Lo peor era pensar que después de tanto esfuerzo no iban a llegar a ninguna parte. "Iba a terminar de pagar el piso y mis hijos no lo iban a querer, pese a todo lo que gastamos en él", dice. Y añade: "Ya que trabajas tanto, podías estar mejor, porque con lo que cuesta la hipoteca casi te alquilas un chalet en Montecanal".

Ahora están esperando que les digan cuándo pueden trasladarse a Parque Goya I. "Hemos visto los planos y el piso es muy bonito. Estamos arrebatados, como locos", asegura Marcelina, quien recuerda que en Cuba la familia vivía en una casa bastante grande, propiedad de la familia de José Luis, cuyos abuelos eran españoles. "Teníamos un patio y árboles, los niños podían andar en bici por la casa".

Marcelina y José Luis esperarán la oportunidad para volver a comprarse un piso en Zaragoza, pero esta vez de protección oficial, una vez que han conocido las ventajas de que pueden disfrutar por ser familia numerosa. "Es una pena tener que estar ahora de alquiler, pero estaremos mucho mejor. Y esperaré a ver si me toca una de protección oficial para comprarla", apunta Marcelina.

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