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viernes, agosto 17, 2007

La tormenta del «subprime» se convierte en tempestad y arrasa las Bolsas europeas

M. Larrañaga/ abc
Madrid


Los llamamientos a la calma y las declaraciones que hablaban de una «progresiva normalización de los mercados» quedaron ayer en agua de borrajas y completamente superados por los acontecimientos. Tras un cierre negativo en la víspera en Wall Street, las Bolsas europeas se precipitaron a la baja desde la apertura y lo que hasta ahora había sido una tormenta adquirió dimensiones de tempestad, barriendo los índices europeos.

El Ibex-35 vivió su peor jornada desde el mes de marzo de 2004 y se dejó un 3,72% en la sesión. La caída, 540,80 puntos, puso al selectivo del mercado continuo español en pérdidas anuales, concretamente un 1,18% respecto al cierre de la última sesión del año pasado.

Peor le fue aún a la Bolsa de Londres, que pasa por ser la más estable del Viejo Continente. El índice FTSE-100 perdió un 4,10% aunque, como en el caso del Ibex, la caída se agrandó por la pérdida de un nivel de resistencia psicológica, los 6.000 puntos (en el caso del Ibex fue la de los 14.000 puntos), lo que precipitó la entrada masiva de órdenes de venta automáticas.
Sin este condicionante, el CAC de la Bolsa de París cayó un 3,26% y el Dax de la Bolsa de Fráncfort se dejó un 2,36%. La Bolsa alemana es la única que se mantiene en positivo en términos anuales en Europa.

Por su parte, Wall Street llegó a perder más de un 2% en algunos momentos de la sesión, pero al final limitó la caída al 0,12% (12.845,78 puntos).

Los analistas no se ponen de acuerdo sobre el alcance de la crisis. Mientras la Fed había estimado días atrás una cifra entre 50.000 y 100.000 millones de dólares, un estudio de la francesa Calyon alertaba ayer que son al menos 150.000 millones de dólares los que están en riesgo de perderse.

Los expertos de Calyon estiman que los fondos invertidos en bonos ligados a las hipotecas de alto riesgo estadounidenses se perderán en un 50%, lo que supone unos 130.000 millones de dólares, mientras que los 20.000 millones restantes provendrán de los «efectos colaterales».

Otra vez las constructoras

Entre los «efectos colaterales» que algunos analistas temen como consecuencia de esta crisis se encuentra su traslado puntual a otro tipo de operaciones crediticias, como son los préstamos apalancados, con los que una empresa compra otra poniendo como garantía sus propias acciones y los de la empresa comprada.

Estas operaciones han sido masivamente utilizadas por las constructoras españolas en sus procesos de crecimiento y tienen el peligro de que al caer el valor de las acciones que se utilizan como garantía los bancos pueden exigir la renegociación de los créditos.

No es de extrañar, por tanto, que sea el sector constructor el que, junto a los bancos, está soportando con mayor intensidad el impacto de la nueva crisis en la bolsa española. De hecho, estas empresas ya estuvieron afectadas en los meses anteriores por las dudas suscitadas por el frenazo del sector inmobiliario español, lo que hizo que cayeran sus cotizaciones, por lo que ahora se enfrentan a un «segundo asalto» con la crisis del «subprime».

En la última semana, Acciona se ha dejado un 12,59%, Ferrovial un 8,19%, Sacyr un 7,66%, FCC un 6,21% y ACS un 4,78%, porcentajes homologables a lo que han perdido los dos grandes bancos, teóricamente el sector más afectado. El BBVA ha caído un 7,81% y el Banco Santander un 6,27%.

No fueron mejor las cosas en el mercado estadounidense a pesar de que el mayor banco hipotecario del país, Countrywide Financial, anunció haber conseguido financiación adicional, lo que aleja el peligro de que la crisis se agudice.

Ante las dificultades de financiación en el mercado secundario (los bonos ligados a las hipotecas), la entidad ha recurrido a un crédito sindicado de 11.500 millones de dólares que ha sido concedido por un consorcio de los 40 principales bancos mundiales. Algunos analistas interpretaron este crédito como una muestra de confianza del sector financiero, mientras otros subrayaban que el sistema bancario no podía permitirse que el Countrywide entrara en problemas, por lo que han acudido al rescate para evitar males mayores.

Tampoco fue interpretado como un síntoma de que las cosas estuvieran mejorando la nueva intervención de la Reserva Federal. En un primer intento, la Fed inyectó 5.000 millones de dólares, pero apenas unas horas después esa aportación se reveló insuficiente y tuvo que poner encima de las mesa otros 12.000 millones de dólares adicionales. El Banco de Japón también intervino ayer de nuevo en el mercado, pero tampoco pudo contener la caída bursátil y el índice Nikkei perdió un 1,99%.

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