Hora caníbal en el ladrillo y la banca
Rubén J. Lapetra/ cotizalia
Es el próximo paso de la crisis. Después de la voracidad y exceso registrado en la burbuja de crédito, con operaciones casi sin límite, fuentes de liquidez a raudales y financiación sin problemas. Ahora llegan las fusiones defensivas. Ya se avistan en el horizonte. Ladrillo come a ladrillo y banco come a banco. La canibalización de las empresas en dificultades por parte de otras sin problemas, o con posiciones más holgadas, va a ser la tónica de los próximos meses. Fusiones y adquisiciones en el sector inmobiliario y grandes operaciones entres los bancos que pueden dejar la compra y troceo de ABN Amro (más de 70.000 millones de euros) en un récord provisional. Citigroup, UBS o Societe Generale parecen algunas de las presas más llamativas entre los bancos.
Es un paso necesario. Y ya ha sucedido en otras crisis. En los 90 y principios de los actuales años cero, la banca japonesa acabó 'reducida' a un puñado de megabancos de siglas impronunciables (MSTFG, UFJS...) después de que la crisis de liquidez, bursátil y deflación acabase por amenazar la solvencia de las entidades. En 1929, las decenas de trust financieros que pululaban en el mercado acabaron comiéndose los unos a los otros para sobrevivir. Muchas tecnológicas acabaron simplemente en la quiebra en el año 2000. Pero la especie mejoró sobremanera con el paso de los años convirtiéndolo en un sector fuerte y protagonista en el crecimiento económico. Tecnología como factor competitivo, uno de los secretos de la actual carrera global.
En el caso de las inmobiliarias, algunas operaciones ya están en marcha. Parquesol, San José y Grupo Labaro han unido sus fuerzas por un lado. Aisa busca amparo por otro después de que se haya frustrado temporalmente su acercamiento al consorcio de Astroc. La compañía valencia parece ser un indicador adelantado del sector. Fue la primera en derrumbarse en bolsa, allá por el mes de febrero. La primera en tener una crisis de envergadura y también es pionera en el baile de las fusiones de defensivas (se unirá en breve a Rayet Promoción y Landscape) para afrontar la crisis.
La caída del valor de los activos está provocando que tengan que pagar a los bancos dosis extras en efectivo como compensación. Es la letra pequeña de sus contratos de financiación. Así las cosas, muchas han optado por vender suelo, participaciones o todo aquello que tengan a mano. Pero tarde o temprano acabarán por unirse a otras empresas. La unión hace la fuerza... y las crisis más llevaderas. Y en este juego entrarán las compañías más solventes, las inmobiliarias del mañana, entre las que pueden encontrarse un puñado de no cotizadas (Nozar, Prasa, Horcona, Labaro, San José...) y alguna cotizada con accionistas altamente solventes (Realia). El resto, a sufrir. Inmocaral, Reyal o Martinsa protagonizaron en 2006 tres operaciones corporativas valoradas en la friolera de 11.000 millones de euros con la compra de Colonial, Urbis y Fadesa, respectivamente. Y la digestión de esa carga financiera se les está haciendo pesada con la actual crisis de crédito. Muy pesada.
Etiquetas: cambio de ciclo, crisis de los bancos y cajas de ahorro, crisis inmobiliarias, fusiones en el horizonte

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