Hacienda aplica nuevos planes contra los alquileres no declarados

Esther Caballero
la vanguardia
Madrid

La lucha contra los alquileres no declarados se endurecerá aún más a partir del año que viene, cuando la Agencia Tributaria prevé empezar a cruzar los datos procedentes de los contratos de la luz con sus bases de datos. Además, hará uso de las informaciones de deducciones por alquiler para reducir el fraude a la mínima expresión.

El cerco a los alquileres sumergidos se estrecha. La Agencia Tributaria planea endurecer la lucha contra este tipo de fraude a partir del próximo año 2008. Será entonces cuando ponga en marcha una medida que tenía en mente antes de verano - el cruce de los datos de los contratos de la luz- y otra que le ha venido dada gracias al Ministerio de Vivienda: la información procedente de las nuevas deducciones fiscales por alquiler.

Según el citado organismo, que dirige Luis Pedroche, ambas medidas permitirán reducir al mínimo los ingresos no declarados en concepto de arrendamiento de viviendas.

El control de los contratos de electricidad es lo que más quebraderos de cabeza ha producido a la Agencia Tributaria. De los 17 millones de contratos existentes, ha tenido problemas con los datos de alrededor de un 10%. "En unos casos estaba escrito ´calle de´..., cuando en realidad el tipo de vía es una avenida, que es como figura en el catastro", explica el director de Gestión de la Agencia Tributaria, Jesús Gascón.

Esos datos son importantes porque se cruzan con los que ya están en poder de la Agencia Tributaria y muestran si un contrato de la luz está a nombre de una persona, que casualmente no se corresponde con el propietario de la vivienda, que ha declarado que vive en ella y que no tiene ingresos por alquiler.

Las incorrecciones en 1,7 millones de contratos han obligado a Hacienda a retrasar hasta enero del 2008 el contraste de las informaciones que proporcionan con las bases de datos que ya tiene la Agencia.

El año que viene también empezarán a serle de ayuda las informaciones procedentes de las nuevas deducciones fiscales al alquiler, que ha prometido a los jóvenes el Ministerio de Vivienda. "La tendencia va a cambiar porque el incentivo que recibe el inquilino a declarar su alquiler es muy alto", sostiene Gascón. Todos esos datos se cruzarán con los procedentes del catastro (la referencia catastral de los inmuebles debe consignarse en la declaración de la renta desde hace ya dos años) y los enviados por los notarios sobre compraventas de inmuebles. "La idea es meter todo en la coctelera, agitarla y sacar datos que permitan averiguar quién está evadiendo al fisco", añade el director de Gestión de la Agencia Tributaria. A juicio del presidente de la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado, José María Peláez, ésa será la guinda para recortar los alquileres sumergidos. "El fraude disminuiría casi en su totalidad", sostiene.

El problema reside, como reconocen en Hacienda, en que estas medidas no atacan el fraude en el alquiler de las segundas viviendas, especialmente las situadas en zonas de costa. "En el verano del 2003 se elaboró un plan de comprobación de los alquileres no declarados, sobre todo en el litoral, mediante visitas de la inspección puerta a puerta. Tuvo que ser abandonado al poco tiempo por el elevado número de efectivos que tenían que dedicarse y los escasos resultados obtenidos", recuerda el presidente de la Asociación de Inspectores de Hacienda. La propia Agencia Tributaria reconoce que esa bolsa de fraude es particularmente difícil de erradicar.

Pese a la lucha en este campo, todos los expertos reconocen que los alquileres no declarados suponen sólo una parte del fraude del sector inmobiliario, que está centrado sobre todo en las actividades de promoción y construcción. Los técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda (Gestha) aseguran que seis de cada diez alquileres no se declaran, aunque desde Hacienda insisten en que esos datos están sobredimensionados y que, por desgracia, no hay estimaciones fiables.