Se acabó el sueño americano: comienzan a arder las tarjetas de crédito
S. McCoy/ Cotizalia.com, 07/09/2007
Mal pintan las cosas para aquel norteamericano medio que, habiendo sobrevivido a la estafa colectiva que han supuesto, en muchos casos, las hipotecas subprime –“no se preocupe, que la vivienda nunca baja, y a estos niveles de tipos, el riesgo es mínimo…”, ¿les suena?- se encuentra ahora con una situación complicada respecto a sus posibilidades de consumo futuras a cuenta del encarecimiento de sus deudas. Un poco de la propia medicina en la meca del consumismo. Triste despertar del sueño americano.
Y es que muchos de ellos habían utilizado la hipoteca como fuente de financiación para el resto de sus gastos corrientes, aprovechando la constante revalorización del valor de sus casas y el ajuste de los niveles de endeudamiento a los nuevos, y más altos, precios de las mismas. Líneas de crédito abiertas contra las que se pasaban todos los consumos, duraderos o no. Ahora la fuente se ha secado. Empiezan a recogerlo los resultados de los retailers norteamericanos. Pero va más allá: la siguiente muesca en la culata de esta crisis es la de la deuda asociada a las tarjetas de crédito. La puntilla para un toro que viene ya muy castigado.
La historia no es nueva, y va paralela al frenazo de la actividad inmobiliaria residencial en Estados Unidos. Ya a cierre del primer semestre, los impagados de tarjetas de crédito se habían incrementado en aquel país casi un 30% hasta alcanzar el 4,58% del total. Los analistas de Moody´s lo asociaban entonces a la imposibilidad que tenían muchos norteamericanos de tirar de su tarjetero con cargo a la deuda hipotecaria, como ponía de manifiesto, a su vez, el frenazo en el ritmo de refinanciaciones. Lejos del 6,29% que se alcanzara en 2004, el dato es relevante ya que llega tras dos años de endurecimiento constante de los estándares de concesión de tarjetas de crédito tras el cambio en la normativa que afecta a las insolvencias familiares.
Desde entonces, el entorno no ha hecho sino deteriorarse hasta el punto de que ya son muchos los norteamericanos que no pueden hacer uso de esa “reunificación de deudas” para aprovecharse de los menores tipos de interés asociados a la garantía hipotecaria. Y la aplicación de condiciones propias de crédito al consumo, en un momento en que las condiciones se han endurecido y algunos costes se han disparado, como el de la gasolina, va a dejar muchos cadáveres por el camino. La industria ni se inmuta pero sirva de muestra un botón. Target publicó un crecimiento de sus ventas comparables en el segundo trimestre del 4,9%. ¿Saben cuanto creció el pago con tarjeta de crédito, esto es, no lo olvidemos, el pago diferido? Un bonito 34%. Cerca de 300.000 millones de dólares del total en el debe de las tarjetas de crédito, se carga contra deuda hipotecaria según los estudios más recientes. Un 37%. Casi nada.
Tipos bajos que conducen a un boom inmobiliario que a su vez lleva, bajo el paraguas de la riqueza aparente, -que no real hasta que se vende-, de la revalorización de las viviendas, a un consumo desaforado que estimula la demanda interna, deja en negativo la tasa de ahorro y dispara el déficit exterior. Causas todas últimas de la situación actual. Ah, ¿pero no estábamos hablando de Estados Unidos? Por Dios, España, una, grande y libre, a salvo siempre de cualquier crisis financiera. Guárdate tu miedo y tu ira. Buen fin de semana a todos.
Etiquetas: crisis crediticia, EEUU
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