Denuncias por vivienda

Contra la vivienda indigna. V de Vivienda. Todos juntos podemos.

lunes, junio 01, 2009

El simpa

DENUNCIAS POR VIVIENDA



El simpa. ¿Qué no saben lo que es un simpa? Es una palabra que procede de la jerga, no muy difundida aún. Verán: consiste en que uno se sienta, por ejemplo, en una terracita con sus amigos y pide una birras. Ya puestos: pide también unas raciones de calamares, chopitos y oreja, no muy hecha. La cosa es beber, comer, echar unas risas con el camarero y pasarlo bien. Lo importante viene ahora. Consiste en levantarse con sigilo y poner pies en polvorosa. Se dice así, en voz bajita: "Oye, oye, ¿hacemos un simpa?", y pies para qué os quiero.

Vale que Mariano Rajoy tiene cara de simpa. Parece que cualquier día sus compañeros de partido le preparan uno. Y mira que Don Mariano se resiste como gato panza arriba a dejar el sillón, con su frenillo y su parla populachera, su aire vago, que algunos dicen que es flema pontevedresa. Ah. Zp, en cambio, tiene pinta de apuntarse a un simpa con su eterna sonrisa adolescente, en vista de como vienen dadas. Y Cayo Lara ya puede empezar a practicar el simpa si quiere comerse una rosca.

El simpa, más allá de que lo pueda practicar nuestra simpática clase política, es un fenómeno social en auge. Antes, lo hacían los amigos (más o menos) pijos. En plan: venganza contra el capitalismo que nos sojuzga y oprime (en la explicación psico-social). Venganza contra la moneda y contra el empleado alienado. Ahora ya se está extendiendo como la pólvora: cualquier obrero menos que mil eurista te da en el hombro en el momento menos pensado y te dice: "Oye, tú, no tengo un chavo... ¿hacemos un simpa?"

Moraleja: si tienes el acceso vedado a los bienes básicos, como la vivienda, porque los créditos y precios son inaccesibles... y ni siquiera tienes un trabajo digno. ¿De qué sirve respetar la cadena de producción?

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