Oda a Karl Marx ante las aguas heladas del cálculo egoísta
Y luego llegan los banqueros
que silvan en sus llaves
que silvan en sus llaves
Saint-John Perse
nuestros hijos
ya saben leer
leerán las grandes letras
de los bancos
nuestros hijos
ya saben contar
contarán las grandes cifras
de los bancos
nuestros hijos
se quedarán calvos
un pelo
dos pelos
tres pelos
nuestros esquilados hijos
usarán peluca
Ángel Guache, Disonancias antárticas, Renacimiento, 1992
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