Denuncias por vivienda

Contra la vivienda indigna. V de Vivienda. Todos juntos podemos.

domingo, octubre 05, 2008

Fuera de lo que es lícito

Soledad Gallego-Díaz/ elpais

(...) El hartazgo es una impresión muy extendida ahora por el mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, las encuestas del Pew Center indican que el 67% está harto y furioso (la mitad, el 51%, confiesa, además, tener miedo). La mayoría querría enviar al infierno a los financieros que han provocado la burbuja y la crisis, pero muchos (88%) temen también que si no se les ayuda a salir del agujero, sea el país entero el que soporte un declive económico duradero y feroz. Los deseos de rechazar las ayudas se mezclan con un "profundo anhelo de que el Gobierno actúe", afirma Andrew Kohut, presidente del Pew. Entre unos y otros, se han movido esta semana el Congreso (que rechazó el plan de Bush y Paulson) y el Senado (que lo aprobó con algunas modificaciones). Y entre unos y otros se mueven los gobiernos europeos que exigen a Bush que intervenga, pero que están furiosos con las consecuencias de la política de Bush.

El hartazgo lo provoca fundamentalmente la convicción de que esta crisis ha sido provocada por lo que el economista y escritor Mario Trinidad llama "el exceso de riqueza de los ricos". El intento de convencer a los ciudadanos norteamericanos (y del resto del mundo, España incluida, por supuesto) de que ellos tienen parte de la culpa por su desenfreno consumidor está encontrando, afortunadamente, en este caso más resistencia de lo habitual. La responsabilidad es de todos, intentan difundir los auténticos responsables de la monumental estafa que padece el conjunto de la ciudadanía. Pero esta vez las cosas han quedado bastante más claras y los ciudadanos están más avisados: la responsabilidad de lo que ocurre es de unos pocos, precisamente de quienes han ganado demasiado, en exceso. Esta vez, nadie podrá decir que la culpa de todo la tiene el aumento de los salarios que disparó la inflación y aumentó artificialmente el valor de las cosas. Esta vez, la tan fustigada inflación de los pobres (el aumento del salario) ha dejado paso a una gigantesca inflación de los ricos (el aumento injustificado del valor de los activos) y las consecuencias de esa inflación de la que nadie quería hablar, que nadie denunciaba ni criticaba, han sido mucho peores.

El analista británico Martin Wolf es uno de los pocos que lleva escribiendo de estos temas muchos meses. Hace un año publicó un artículo bastante clarificador en el que anunciaba que el exceso de ahorro que se había dirigido a Estados Unidos en la creencia de que era un lugar seguro (tres cuartas partes del ahorro mundial), mezclado con el relajamiento de las políticas monetaria y de control, iba a provocar una burbuja gigantesca. Aquí está. Realmente, George W. Bush, bajo cuyo mandato de ocho años se ha desarrollado esta enorme estafa, sin que pestañeara ni un segundo ni se le ocurriera ponerle el menor freno, pasará a la historia. Partió en busca del mal para destruirlo y resultó que era como el viejo profesor Abronsius de la película de Roman Polanski El baile de los vampiros: en lugar de acabar con él, terminó expandiéndolo por todo el mundo.

Etiquetas: ,

Counter
Site Counters