Acerca de la reconstrucción del PCE

Ricardo Rodríguez/ larepublica

Es indiscutible que IU tendría, por razones ya sólo si se quiere "estéticas", que abrir una discusión en profundidad sobre su ser y su pervivencia con toda su militancia. También es claro que para que esa discusión sea creíble, Llamazares y todo su equipo tendría que haber dimitido de forma inmediata, para que se constituyera alguna gestora que dirigiera el proceso, que tendría que ser de refundación completa. No obstante, a lo largo de los días vamos viendo cómo Llamazares de crece grotescamente a fuerza de echar la culpa a todo el mundo de lo que le ha sucedido a la organización: al sistema electoral (que se diría que existe desde el domingo de las elecciones), al bipartidismo (idem), a los ciudadanos que a lo que parece no lo entienden, a la oposición interna en IU, al PCE y… de seguir así las cosas, al toro que mató a Manolete. Ya sólo le falta recitar aquello de "Qué buen vasallo si hubiera buen señor".

A esto habría que añadir que IU ya ni siquiera con una renovación completa de su dirección federal se sanearía. Habría que renovar a la práctica totalidad de las direcciones de federación y expulsar por corruptos a la mayoría de grupos institucionales, entre otras cosas porque IU es ya poco más que un conglomerado disperso sin dignidad ni principios que lo ahormen de cargos públicos movidos por ambición personal. En conclusión, y así hay que empezar a decirlo: Izquierda Unida es absolutamente irrecuperable.

No creo que se deba imponer esta conclusión a toda la militancia del partido. Pero sí habría que plantear que, independientemente del proceso de debate que IU realice, lo que más importa es el proceso de debate que ha de llevar a cabo el PCE.

Es obvia ya la conclusión de que el PCE debe abandonar IU, pero sería importante que esto se plantease en el marco adecuado y con inteligencia, porque tal vez por primera vez haya condiciones para que tal conclusión sea mayoritaria o casi en el partido.

Pidamos que se abra una discusión en profundidad en todas las organizaciones de base del partido acerca del estado de la izquierda en nuestro país y de la reconstrucción del Partido Comunista. La mera declaración de salida de IU en un Comité Federal y la convocatoria de un congreso para simplemente cumplir con el trámite burocrático de poco puede servir, si no hay un proceso de refundación del propio partido que a medio o largo plazo lo lleve a convertirse en… pues en un partido comunista, ni más ni menos. Para eso es imprescindible que el debate sea enteramente abierto y libre entre toda la militancia de base. Que a la militancia de base esta vez sí se la escuche de una puñetera vez. Y que en ese debate propongamos, como primera providencia para salir de la crisis, el abandono de IU.

Pero el abandono de IU no es nada más que el abandono del lastre. Tal paso únicamente será útil si se enmarca en un proceso de reconstrucción (o mejor, refundación) comunista que, entre otras, cosas ha de pasar por:

. Actualización completa de censos y conocimiento real de la organización del partido y de su fuerza o falta de ella en todos los lugares.

. Recomposición de federaciones.

. Estrategias de inserción del partido en los movimientos sociales: vivienda, movimiento feminista, sindical…

. Examen de posibles personas o grupos a recuperar para el futuro.

. Definición de un proyecto político revolucionario.

. Recuperación práctica de todas las funciones del partido.

Lo anterior sí que nos contrapone de entrada a quienes planteen que el PCE se embarque en un nuevo proceso interno de IU porque se considere que "ahora sí" ya vamos a ganar la asamblea federal. Es difícil que al PCE le dé tiempo a finalizar su proceso de recomposición antes de la asamblea de IU. Pero las energías del PCE tienen que concentrarse en su propio debate y reconstrucción. Un nuevo asalto en las peleas de IU podría acabar con las últimas energías reales del partido.