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jueves, agosto 30, 2007

Madrid, a la cola de inspectores de trabajo

F. Javier Barroso/ elpais
Foto: Gorka Lejárcegi
Madrid


Sólo 100 funcionarios vigilan las obras de la Comunidad de Madrid, uno por cada 14.000 empleados

Diez obreros sin contrato, sin cobrar, trabajando de sol a sol. Algunos durmiendo en el tajo, en una obra sin licencia. Ése era el panorama en un edificio en rehabilitación de Ciudad Lineal en el que murió el martes un empleado rumano. Probablemente, un inspector de trabajo hubiera parado la obra.

Pero ninguno la había visitado. Quizá porque la región se encuentra a la cola de inspectores en relación con los trabajadores. Así lo pone de manifiesto un estudio del sindicato UGT con datos del Ministerio de Trabajo, que demuestra que, de media, cada inspector o subinspector tiene que controlar a más de 14.000 operarios. La peor proporción de toda España, el doble que en otras regiones, como La Rioja o Castilla y León (7.000). Los sindicatos han pedido que se triplique su número para acabar con la altísima siniestralidad laboral que sufre la Comunidad. En lo que va de año han perdido la vida 106 trabajadores en accidentes.

Además, el número de inspectores en Madrid es el mismo que en 2004, e incluso este verano hay uno menos (99). El personal total de inspección sólo se ha incrementado en dos personas (de 274 a 276).

Los mismos inspectores, pero más trabajadores. En concreto, se ha pasado de 2,9 millones de empleados en 2004 a los 3,24 millones en el segundo trimestre de este año, según la Encuesta de Población Activa.

El estudio de UGT refleja que España se encuentra mejor en la relación de trabajadores por inspectores y subinspectores de trabajo. Frente a los 12.700 empleados por cada inspector o subinspector de Europa, en España la proporción es de 11.000. Sin embargo, en el caso de Madrid llega a los 14.068. "No existe un control suficiente de las obras y de los centros de trabajo con mayores riesgos laborales. Debería ampliarse la plantilla para que haya más inspecciones y se pueda trabajar preventivamente", critica la responsable de Salud Laboral de UGT-Madrid, Marisa Rufino.

De la misma opinión es su homólogo de CC OO, Carmelo Plaza. Éste cifró en 300 el número de inspectores necesarios para controlar todos los tajos. "Todas estas irregularidades hay que atajarlas a nivel policial y judicial. Muchas obras nacen y desaparecen, sin que nadie de la Administración se pase por ellas", describe Plaza. Una portavoz de la Consejería de Empleo y Mujer también reclamó más inspectores.

Un portavoz del Ministerio de Trabajo, del que depende la convocatoria de las plazas de los inspectores, aseguró que existe un número consensuado de inspectores con todas las regiones en función del número de trabajadores, la dispersión geográfica y la siniestralidad laboral, entre otras variables. El portavoz adelantó que en los próximos días se incorporarán siete nuevos inspectores.

Los sindicatos recordaron que la labor de inspección también la pueden ejercer los policías municipales. Podrían solicitar las licencias de obras y controlar que se cumpla la legislación. "Desde UGT, siempre nos preguntamos qué hacen los 7.000 policías municipales que hay en Madrid. ¿No pueden entrar en las obras y pedir las licencias?", se cuestionaba Rufino. La obra en la que murió el martes el responsable de obra, Marian Cojocea, carecía de los permisos municipales.

Los sindicatos también pidieron mayor control, porque aseguran que es imposible saber el número de empleados sin dar de alta y las obras que se están desarrollando en la Comunidad.

"La región está sufriendo mucha explotación por el boom inmobiliario de los últimos años. O se pagan sueldos muy bajos, o no se contrata a los obreros", añadió Rufino.

El ministro investiga

El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, anunció ayer que su departamento ha abierto "una investigación inmediata" para esclarecer el accidente laboral que costó la vida a un obrero en el distrito de Ciudad Lineal. La muerte destapó las condiciones laborales infrahumanas en las que se encontraban los trabajadores, que dormían en colchones en el sótano del edificio que reformaban.

Caldera aseguró que la Inspección de Trabajo "ha tomado cartas en el asunto" y actuará "enérgicamente". "Se depurarán todas las responsabilidades, incluidas las penales", agregó, y recordó el acuerdo entre su departamento y la fiscalía para actuar conjuntamente en estos casos. El ministro destacó que la cifra de muertos en el tajo ha caído un 14% el último año y confió en que la nueva Estrategia de Seguridad y Salud en el Trabajo y el reglamento que limita las subcontrataciones en la construcción ayuden a seguir ese camino.

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