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lunes, junio 15, 2009

Afirma, Reyal y Nozar sufren las refinanciaciones "en falso" cerradas en 2008

Carlos Hernanz/ cotizalia

Siguen teniendo un problema, además del principal de no vender las casas suficientes. Algunas de las principales inmobiliarias del mercado negocian en la actualidad la refinanciación de su deuda con las entidades financieras después de haber cerrado en falso este proceso a finales de 2008. Menos de medio año después, compañías como Reyal-Urbis, Nozar o Afirma, vuelven a verse las cara con sus acreedores para renegociar un nuevo marco financiero que les ayude a continuar con vida.

El pasado miércoles 10 de junio, Rafael Santamaría, presidente de Reyal-Urbis, presentó a su pool de bancos una nueva propuesta de refinanciación para 3.000 millones, con Banesto y Santander a la cabeza. Necesita otro golpe de aire financiero después de que las condiciones pactadas en el anterior acuerdo, en octubre de 2008, quedaran desbordadas en el corto plazo más inmediato por el incumplimiento del plan de negocio presentado, “demasiado poco realista para el actual escenario”.

En total, Reyal-Urbis debe 4.500 millones, fruto de la compra de la segunda a Banesto, una operación que ha complicado sobremanera la vida a Rafael Santamaría. Tras crear en julio de 2008 junto con la entidad financiera una sociedad conjunta -Prodomus- para comercializar los activos ejecutados, el promotor madrileño sigue buscando soluciones a su complicada situación financiera, por la que ha tenido que responder con su patrimonio, fundamentalmente toda su participación en la inmobiliaria.

Pero no es el único caso. Otra de las inmobiliarias cotizadas atraviesa por situación similar. Es el caso de Afirma, evolución de la otrora Astroc. También a mediados de la semana pasada, la compañía presidida y controlada por Félix Abánades informó sobre el acuerdo preliminar alcanzado con la mayoría de las entidades del pool bancario para refinanciar su deuda de 1.400 millones al cierre del primer trimestre. Las condiciones cerradas justo hace un año, en junio de 2008, han quedado inservibles.

“Fueron refinanciaciones en falso”, explican desde una entidad extranjera, implicada en alguna de las operaciones en marcha. “El año pasado hubo una situación de gran incertidumbre que nos empujó a refinanciar la deuda de la mayoría de las inmobiliarias de acuerdo a unos planes de negocio poco realistas. Pero urgía el corto plazo. La solución alternativa era mucho peor, pues haber llevado esos créditos a dudosos hubiera comprometido los resultados de más de una entidad y nadie estaba preparado para eso”.

Una situación financiera descabellada que el auditor de Afirma se encargó de recoger en sus salvedades para las cuentas de 2008. Según explicaba Ernst & Young, existen serias dudas o “incertidumbres” sobre “la capacidad de la inmobiliaria para continuar su actividad, realizar sus activos y liquidar sus pasivos”. En definitiva, una conclusión lógica si se tiene en cuenta la persistente reducción de la demanda, el descenso de precios y la elevada carga financiera, lo que dificulta el cumplimiento de los ratios en relación al préstamo sindicado.

Una historia infinita

Nozar transita estas semanas por una situación similar. Después de declararse a las puertas del concurso de acreedores, la promotora de los hermanos Nozaleda, que también han dejado buena parte de su patrimonio personal en el intento de mantener la inmobiliaria, negocia una quita con su pool de bancos para intentar cerrar un acuerdo que les permita seguir con vida. En este caso, agotadas todas las opciones, ni la buena consideración personal y profesional que los bancos tienen sobre Luis y Juan Carlos Nozaleda es ya aval suficiente.

Con una deuda aproximada de 700 millones de euros, con la madrileña Caja Madrid y BBVA al frente de los acreedores, Nozar ha sido la primera compañía en recurrir al convenio anticipado para aplazar temporalmente, por tres meses, sus compromisos financieros. Un margen de actuación mínimo para arañar una quita o pactar una nueva refinanciación. “Tenían una gran compañía, pero invirtieron en Astroc, Aisa y Reyal-Urbis justo cuando todo el mundo del ladrillo estaba a punto de irse por la borda”.

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