Denuncias por vivienda

Contra la vivienda indigna. V de Vivienda. Todos juntos podemos.

jueves, agosto 28, 2008

El caso Aznar

DENUNCIAS POR VIVIENDA


"La herencia que yo recibo es muy mala. Consistente en una inflación al 6%, un déficit público del 7%, un desempleo del 24%, la Seguridad Social en suspensión de pagos, un endeudamiento muy preocupante, un desequilibrio externo enorme y además sin cumplir ninguno de los requisitos de Europa. Recibí esto, y dejé como herencia el país más rico de la Historia de España. Eso no fue nada fácil. Desde el punto de vista formal, yo tuve un par de conversaciones con mi predecesor, sin mayor trascendencia; y desde el punto de vista de lo que significa la entrega de dossieres, documentos o asuntos pendientes, no recibí nada." Esta es la única (y breve) declaración del exPresidente de Gobierno, José María Aznar, a la periodista Esther Esteban en la entrevista en exclusiva que hoy publica el diario "El Mundo", en su pelín pomposa sección "Chequeo a 30 años de democracia", en que el político conservador se refiera al milagro económico español de las últimas dos décadas, conforme a la versión mayoritariamente aceptada.

Los únicos ocho años de gobiernos conservadores de nuestra democracia, si exceptuamos el tiempo de Adolfo Suárez como época de dominio netamente conservador y pasamos de contrabando como años socialdemócratas buena parte de la larga, holgada al principio, al final, agónica, gobernación de Felipe González, fueron los años Aznar. Dos ideas fuerza sobresalen en sus actuaciones: la defensa de la unidad nacional, que se articulaba mediante la lucha ideológica contra los nacionalismos identitarios (PNV y CiU, principalmente, más la izquierda abertzale) y el milagro de crecimiento económico, representado en la figura flamante del ministro de Economía y vicepresidente Primero del Gobierno, Rodrigo Rato, el delfín postergado.

Más allá de la monomanía del exPresidente contra los nacionalismos identitarios ("El PNV no quiere la derrota de ETA, quiere la derrota de España a través de una negociación con ETA"), en las que vuelve a incurrir en sus prejuiciados pensamientos, que delatan su malestar, el dolor por la herida abierta de un remoto paraíso perdido, se echa de menos un comentario a la situación del pinchazo inmobiliario, alentada profusamente durante sus años de gobierno, que hoy es noticia de primera página por la quiebra de grandes empresas del ladrillo. Por no hablar del fenómeno del pinchazo inmobiliario en los países de los cofrades de la foto de las Azores: Inglaterra y Estados Unidos, donde la nacionalización de bancos hipotecarios privados se ha convertido en regla, sangrantemente, socializando pérdidas.

Al menos unas frases a comentar estos sucesos, en entrevista tan escueta, se echan de menos. La fotografía de José Aymás necesita otro tipo de comentario al margen para el que no nos encontramos titulados ni con ganas.

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