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miércoles, abril 09, 2008

Marina D'Or: Pisos de 300.000 a 200.000 euros en tan sólo un año

Esther Gala/ Gaceta de los Negocios

La ciudad de vacaciones que un día soñó Jesús Ger se ha convertido en una pesadilla para sus habitantes, que no logran vender su piso ni bajando el precio un 30%


Miles de carteles de venta de inmuebles adornan las fachadas de los apartamentos de Marina D’Or. La idílica ciudad de vacaciones construida a finales de los años 80 hace aguas. La zona ha perdido atractivo entre los particulares, que tratan a la desesperada de vender sus inmuebles a precios cada vez más devaluados. En sólo un año, muchos propietarios han recortado el precio de sus apartamentos pasando de los 300.000 a los 200.000 euros. Pero ni por esas.

Lejos han quedado los años en los que la ciudad de vacaciones ideada por Jesús Ger era un referente de turismo vacacional. Durante los últimos años, la situación ha cambiado drásticamente. La oferta de viviendas de segunda mano se ha desmadrado hasta niveles inimaginables, lo que ha derivado en la caída radical de los precios y el incremento del tiempo de venta de los inmuebles. Agencias y particulares coinciden: el panorama es desolador.

La precios de las viviendas de segunda mano han caído un 30% en un año como consecuencia de la escasa, por no decir nula, demanda. La oferta se ha desbordado. “Hay tantos carteles de ‘se vende’ colocados por particulares en sus pisos que las agencias inmobiliarias no colocamos más letreros aún en las fachadas de otros pisos que también están en venta para no asustar a la gente”, explica una agencia inmobiliaria de Oropesa.

Adiós al mito

Marina D’Or muestra claros síntomas de agotamiento. El polifacético empresario castellonense Jesús Ger, que comenzó vendiendo colchones, asiste impasible a la huida de cientos de particulares que hace unos años despertaron desencantados de su sueño. “Lo que al principio comenzó como un nuevo proyecto de vida ha acabado convirtiéndose en una pesadilla. En sólo un año he tenido que reducir el precio de mi piso 95.000 euros, pasando de los 295.000 euros a los 200.000 euros, y sigo sin poder venderlo. Llevo ya cerca de dos años en esta situación”, explica a Gaceta de los Negocios uno de los muchos particulares que han tenido que reducir drásticamente el precio de venta de sus inmuebles. “Una cosa es lo que te venden en la televisión y otra muy distinta la realidad. Tener todo tan cerca llega a ser muy agobiante”, explica otro vendedor que, al cabo de los cinco meses de comprar su piso en primera línea de playa, abrió los ojos. “Cinco meses fueron más que suficientes para darnos cuenta de que aquello no era lo que te vendían. Decidimos entonces ponerlo en venta, pero llevamos ya más de dos años negociando sin éxito. Hemos bajado el precio ya más de 70.000 euros en los últimos doce meses y no hay manera”, explica. “Si la cosa sigue así tendré que bajar el precio aún más”, añade otro particular que adquirió su piso allá por 2003, año en el que el precio de los pisos de obra nueva en Marina D’Or crecía a ritmos mucho menores que los registrados a finales de los años 90 y comienzos del 2000.

Desaceleración

A partir de 2005, el ritmo de venta de obra nueva en Marina D’Or comenzó su proceso de desaceleración, hasta alcanzar una caída de las ventas del 60% en 2007, año en el que cerraron el 10% de sus oficinas. A lo largo de todo el año pasado, Marina D’Or logró cerrar unas 400 operaciones de venta, cantidad insignificante si se compara con los primeros años del 2000, el momento álgido en las ventas del grupo. En aquella época la facturación crecía anualmente un 30% y los índices de venta de apartamentos superaban los 1.500 cada año, lo que provocaba una revalorización brutal del precio del metro cuadrado.

Entre 1999 y 2003, el precio medio de los apartamentos crecía a ritmos desorbitados debido a la fuerte demanda, llegando en 2003 a los 2.300 euros el metro cuadrado. Sin embargo, a partir de ese año el crecimiento del precio del metro cuadrado se moderó. Es más, actualmente podemos encontrar propiedades de obra nueva en tercera línea de playa por 2.400 euros el metro cuadrado, tan sólo 100 euros más que hace cinco años. Pero ni aún así. La oferta de viviendas crece a un ritmo descontrolado como consecuencia de la falta de demanda. “Si conoce a alguien a través de este periódico que quiera comprar mi piso en Marina D’Or, avíseme por favor”, apuntaba uno de los particulares consultados por este diario.

Las inmobiliarias de Oropesa, las otras víctimas

La situación es igual de dramática para las pequeñas agencias inmobiliarias que operan en la localidad castellonense de Oropesa. Este periódico ha contactado con varias de ellas y la respuesta ha sido unánime: “No vendemos nada en Marina D’Or”. Es más, muchas de ellas han decidido excluir de su cartera de inmuebles los pisos de segunda mano ubicados en Marina D’Or, lo que ha provocado un exceso de oferta en el resto. “Tenemos a la venta más de 800 pisos en Marina D’Or, pero sólo vendemos uno o dos cada seis meses”, explican responsables de una agencia de la zona. “Si nuestros ingresos dependieran de la comercialización de estos pisos, hubiéramos cerrado hace ya mucho tiempo”, añaden.

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