El largo recorrido de las hipotecas subprime
Olga Grau/ expansion
Hace años se acuñó en Estados Unidos el acrónimo Ninja (no income, no job or assets), que sirvió para calificar las hipotecas de alto riesgo que se concedían a personas sin ingresos, trabajo o activos. Más tarde, cambiaron el término por hipotecas subprime, un nombre políticamente correcto, aunque en el fondo fuera un eufemismo de pobre.
Se trata de hipotecas que se han concedido a personas con trayectoria de impago y sin garantías.
Este verano saltaron todas las alarmas al conocerse que muchos de los titulares de las subprime no podrían hacer frente a sus compromisos y, que además, estas hipotecas se habían empaquetado y vendido como instrumentos de alto riesgo en productos como los hedge funds.
En Estados Unidos, las hipotecas prime, que son las consideradas de buena calidad, se califican según un sistema denominado Fico, que se mueve en un rango de entre 300 y 850 puntos. Cuanto más alto es el rango, más solvente es el cliente.
En 1998, las hipotecas prime representaban un 68,5% del total de hipotecas concedidas en el mercado estadounidense, mientras que las subprime suponían un 2,4% del total y el resto eran productos financieros con garantías gubernamentales.
Crecen las ‘subprime’
Entre 1998 y 2006, la concesión de préstamos para la compra de vivienda en Estados Unidos creció un 45%. Las subprime ganaron peso en este periodo de expansión del mercado inmobiliario y de la economía y pasaron a representar un 10,9% del total, mientras que las prime redujeron su peso respecto del total, hasta representar un 65,3% de las hipotecas vivas.
Jaume Guardiola, consejero delegado de Banco Sabadell, explica que el periodo de bonanza de la economía y los bajos tipos de interés propiciaron que las condiciones de concesión de préstamos se relajaran en Estados Unidos.
“Se dieron préstamos a personas que tenían trayectoria de impago, cuando no a mentirosos”, explica el directivo. Las agencias de calificación de riesgos contribuyeron a la burbuja al calificar las emisiones de subprime con el rating AAA.
De esta manera, el riesgo de crédito se distribuyó al conjunto del sistema financiero a través de instrumentos complejos e ilíquidos. Las emisiones de CDO's se dispararon entre 2005 y 2006 y alcanzaron los 180.000 millones de euros en el último trimestre de 2006.
Sin embargo, la morosidad empezó a aumentar en el mercado hipotecario el año pasado, cuando comenzaron también a notarse los síntomas de la ralentización económica.
Las subprime alcanzaron una ratio de morosidad del 16,5% a finales del año pasado, mientras que en las prime se situó alrededor del 3%, que es la media del sistema financiero de la Unión Europea (UE).
Cuando se conoció el repunte de la morosidad, los bancos dejaron de prestarse dinero entre sí. “La falta de información y la desconfianza han sido las causantes de la crisis del crédito”, dice Guardiola. A esta situación, se unió un escenario de clara recesión de la economía estadounidense y una contracción del consumo. La parálisis del crédito se ha compensado con inyecciones millonarias de liquidez por parte del Banco Central Europeo (BCE) y de la Reserva Federal (Fed) de EEUU. Sin embargo, los expertos consideran que esta solución debe ser temporal, ya que los bancos centrales no podrán mantenerse en esta situación de forma indefinida.
En los últimos seis meses, el sistema financiero ha tenido que hacer frente a pérdidas cuantiosas, que superan los 265.000 millones de dólares, según la valoración de la agencia de ráting Standard and Poor’s. El consejero delegado de banco Sabadell explica que esta cantidad equivale a la caída de un día de Wall Street.
La crisis ha golpeado el sistema financiero europeo, con entidades como Barclays anunciando provisiones por subprime de 3.400 millones de euros. Société Générale, segundo banco francés, también ha presentado dotaciones por pérdidas de 3.396 millones de euros.
Banca española
En el caso de España, las miradas apuntan desde hace seis meses a la banca mediana y a las cajas, que son las que más han crecido en crédito hipotecario en los últimos años. Grupos como Popular, Banesto o varias cajas han mantenido ritmos de crecimientos en hipotecas próximos al 30%.
Esto les llevó a buscar la financiación en los mercados interbancario y mayorista. En cinco años, las titulizaciones de entidades españolas han aumentado de 4.200 millones a 59.000 millones, situándose en el segundo lugar del ránking europeo, después de Reino Unido. “La idea de que España es como EEUU es muy exagerada porque aquí los bancos no tenemos subprime”, tranquiliza Guardiola.
Etiquetas: EE UU, España, hipotecas subprime

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