Fichajes
DENUNCIAS POR VIVIENDA
Del asombroso espectáculo de las corridas de los toros, la fiesta nacional, hay dos señas de identidad que merece la pena recordar: la corta de orejas (y hasta el rabo), espectáculo bárbaro donde se mutila al animal para premiar al artista, que emparenta el rito con la imaginería de las fotografías de Joel-Peter Witkin y los ritos mortuorios del México profundo, y la figura del matador tremendista, el que se pone el mundo por montera y nos enseña de forma descarnada y descarada sus artimañas y su negra entraña. Decía un cronista taurino, cuando en España aún había escribas dedicados a observar el asunto a los que mereciese la pena leer, que a Manuel Benítez 'El Cordobés', que reventaba taquillas y desorejaba astados como rosquillas -y si no, su apoderado, el célebre 'Pipo', siempre llevaba un par de ellas de reserva en la maleta con una cámara de fotos-, que lo que no se le podía pedir al maestro es "que temple".
El golpe de efecto del Partido Popular ha sido el fichaje 'estrella' de Manuel Pizarro, el que fuera presidente de Endesa, ha dado así un paso adelante, confirmando las sospechas de aquellos que pensamos que no era casual su exitosa carrera empresarial ligada a su labor en la sombra como 'consigliere' político de la opción conservadora. En su puesta de largo, en el barrio obrero de Carabanchel, acompañado por lo más bizarro de la cúpula del partido, Pizarro ha dejado ver su visión pesimista de la situación económica de España y sus recetas neoliberales, acompañadas del brío neofalangista en su presentación formal y la vieja retórica nacionalista española.
La lectura que sigue los reglones más correctos nos cuenta que Pizarro es el antídoto de la figura de Pedro Solbes, cuya carrera en el mundo económico está ligada exclusivamente a la Administración. Pizarro dibujó un escenario futuro catastrófico, pero obvió cualquier referencia al problema de la vivienda genuinamente autóctono, como la fiesta de toros; no dijo ni mú de la calamitosa situación de importantes inmobiliarias abocadas a la fusión o la quiebra; ni tampoco parece libre para criticar el alto endeudamiento de cajas de ahorro y bancos como consecuencia del 'capitalismo popular del ladrillo' que impulsaron a todometer los gobiernos de Aznar y que copia con descaro el alumno sabihondo, Nicolás Sarkozy. Pizarro puede llenar de nuevo las gradas y levantar el ánimo de cierta parte de la afición -la más iracunda, la que aplaude a rabiar las trapacerías y los desplantes del diestro-, pero está por ver si sabe templar.
Etiquetas: área económica, elecciones 08, fichajes, PP

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