Bancos y cajas discrepan de cómo les afectará la crisis financiera

Esther Caballero/ lavanguardia
Madrid

La CECA aconseja elevar el colchón frente a insolvencias mientras la AEB descarta preocuparse | Los bancos creen que el Euribor bajará a mediados del 2008 al despejarse la crisis

Bancos y cajas ven con diferentes ojos la crisis de las hipotecas de alto riesgo que azota desde agosto el sistema financiero internacional. Aunque han salido indemnes de los primeros efectos de las turbulencias, los responsables de la Asociación Española de Banca (AEB) y de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) pronunciaron ayer discursos con marcado contraste. Optimista en el primer caso; mucho más sombrío en el de las cajas de ahorros.

Mientras que el presidente de la CECA, Juan Ramón Quintás, recomendó a bancos y cajas actuar con mucha prudencia en las condiciones actuales, el secretario general de la AEB, Pedro Pablo Villasante, se negó a mostrarse preocupado. Probablemente, esta diferencia de visión tenga que ver con que las cajas se encuentran en una situación diferente a la de los bancos por su mayor exposición al sector inmobiliario (véase cuadro).

Quintás, que ve el futuro negro en un 40% de los casos, fue el más cauto, al considerar que la crisis subprime "es una hemorragia que no sabemos en qué puede acabar". El último susto lo dio el lunes el banco suizo UBS, que demostró que "hay muchas posibilidades de que vengan nuevas olas" de afectados, lo que resulta "inquietante". A nivel macroeconómico, Quintás citó una posible recesión de EE. UU. que arrastre a la economía internacional. Por ello, recomendó a las entidades incrementar las dotaciones "que nos puedan proteger frente a lo que pueda venir en los próximos meses". El aumento de las provisiones traerá consecuencias en la cuenta de resultados. En el caso de las cajas, el beneficio crecerá menos, dijo Quintás.

El secretario general de la AEB, Pedro Pablo Villasante, descartó hacer esa recomendación a los bancos, aunque reconoció que la prudencia es buena. En cualquier caso, dijo no compartir la opinión de que "el 2008 vaya a ser excesivamente negativo", sino que sólo será un "ejercicio con más dificultad, que obligará a trabajarlo más". Eso se debe a que los bancos se encuentran en una situación de mayor fortaleza, como prueba el hecho de que sus beneficios hasta septiembre ascendieran a 14.141 millones de euros, una cifra que creció un 20,1% pese a la crisis. Según Villasante, esa fortaleza también les permitirá afrontar con normalidad el alza de la morosidad, que no llegará al 3%, como apuntó Quintás en caso de catástrofe.

Los máximos responsables de la CECA y la AEB también mostraron opiniones distintas sobre la duración de las turbulencias, la actuación del Banco Central Europeo (BCE) para acabar con ellas y las posibles medidas que tomar. Si para la CECA las consecuencias de la crisis podrían nublar el 2008, para la AEB la incertidumbre podría despejarse pasado el primer trimestre, una vez que se presenten los resultados anuales. A partir de entonces, el Euribor bajará.

En cuanto al BCE, Quintás consideró que las inyecciones de liquidez "son una aspirina para bajar la fiebre", pero no una solución al problema, que podría agravarse si paran esas intervenciones. En su opinión, la respuesta a la situación debe pasar por una actuación conjunta de autoridades monetarias y actores del sector. Es más, dijo que las entidades son las que deberían intentar recuperar la normalidad de los mercados, una tarea que "el Banco de España ve con muy buenos ojos", aseguró.

En cambio, Villasante felicitó al BCE por su rápida actuación para atajar la crisis y consideró que este organismo y el resto de las autoridades lograrán mejorar la situación.

Dentro de las recomendaciones hechas en un encuentro de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), Quintás también recomendó recortar los créditos para atajar la crisis. Respecto al inmobiliario, pidió a las cajas que lo reduzcan "con cuidado de no hacer daño a la economía real". "Los promotores también necesitar reducir su nivel de endeudamiento pero no puede haber diferencias importantes de ritmo entre las entidades y ellos porque se podrían producir daños adicionales", avisó Quintás, aunque admitió que la prioridad ahora debe ser buscar la eficiencia.