Solbes y el ginecólogo
Manuel Martín Ferrand/ abc
Maravilla la capacidad de nuestros políticos, diestros o siniestros, para el eufemismo. Todos cuantos no están en el exabrupto soberanista, incompatible con los buenos modos, se ejercitan en el disimulo y edulcoran cuanto nos dicen -no lo sé- para evitarnos disgustos o creyéndonos más tontos de lo que somos, que es mucho, y vendernos la burra con las mataduras que la descalifican para el mercado. Ahí está, rampante, el vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes. Acaba de anunciarnos que la economía española está «no sólo en una senda de aterrizaje suave, sino en una mejor composición del PIB y, por tanto, se puede ser relativamente optimista». El titular de Economía y Hacienda, quizá para castigar al ya olvidado Miguel Sebastián, acaba de anunciar su disposición a reengancharse en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero si este gana las elecciones y el hombre demuestra su mejor disposición con los augurios huecos y los pronósticos sin compromiso.
Los viejos ginecólogos, los de antes de las ecografías, solían ganar prestigio con sus pacientes -¿pacientas?- con la predicción del sexo de la criatura que estaba por llegar. De viva voz anunciaban «niño» y, al tiempo, anotaban «niña» en la ficha de la embarazada. Si resultaba ser varón el recién nacido, el doctor pasaba a ser para los padres de la criatura como el Oráculo de Delfos. En caso contrario, el médico enseñaba sus notas a la parturienta y atribuía el error a los nervios propios de la ansiedad maternal y no a su equivocada percepción del caso.
Solbes se ha integrado tanto en el espíritu y los métodos del equipo de José Luis Rodríguez Zapatero que ha llegado a la perfección en el manejo anfibológico del lenguaje, algo propio del oficio de economista. Lo del «aterrizaje suave» es para nota y si, por ejemplo, Miguel Ángel Moratinos manejara las ideas (?) con tanta sutileza verbal sería como el príncipe de Metternich. Incluso, con esa habilidad formal, Magdalena Álvarez parecería toda una señora. El pronóstico es al discurso político lo que la presentación a los platos de la nueva cocina: el sabor es cosa de gastrónomos. El empleo, según Solbes, «podría caer ligeramente»; pero, añade con rapidez el más ilustre de los hijos de Pinoso, Alicante: las cifras de empleo son «muy altas».
No quisiera entrar en el juego demoledor de la interpretación libre de los eufemismo del vicepresidente económico del Gobierno. No sólo es muy libre de decir lo que se le antoje, sin apartarse en demasía de la verdad; sino que le asiste también el derecho al propio estilo y él es, para su lucimiento en un grupo tan crispado como en el que se integra, sosegado y pacificador. Pero, ¿la altura desde la que puede caer el empleo dramatiza el impacto contra el suelo? ¿Se podría intentar para el empleo, como para la economía en general, un «aterrizaje suave»? Los golpes duelen mucho.
Etiquetas: comentario político, generaciones y geriátricos, Martín Ferrand, Pedro Solbes
1 Comments:
Nice Blog :)
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