Denuncias por vivienda

Contra la vivienda indigna. V de Vivienda. Todos juntos podemos.

domingo, octubre 28, 2007

Todo por las nubes, menos la confianza

F. Tadeo/ larazon
Madrid


La incertidumbre económica impulsa a máximos históricos las materias primas y hunde a mínimos las expectivas de los consumidores - La Bolsa se refuerza por su atractivo ante la baja rentabilidad de la vivienda

Todas o casi todas las variables económicas muestran en la actualidad su fortaleza, en un momento de máxima tensión e incertidumbre. Los alimentos, el petróleo, el oro, el euro, la vivienda, las hipotecas, las acciones, el empleo, etc. Todas, salvo la más importante, la confianza, que precisamente está en mínimos históricos.

El cóctel resulta explosivo, ya que algunas de las variables son incompatibles. La combinación más problemática puede que sea el crudo y los alimentos con la inflación y los tipos de interés. Los analistas apuntan que si el «oro negro» mantiene su tendencia alcista, el Banco Central Europeo (BCE) tendrá que elevar los tasas interbancarias para contener los precios.

El presidente de la entidad, Jean Claude Trichet, se vio obligado a posponer «sine die» los aumentos por el bloqueo del sistema crediticio y las turbulencias del mercado en septiembre, pero siempre ha priorizado la preocupación por la estabilidad del IPC a la crisis financiera.

Nadie duda de que la inflación repuntará, porque las previsiones indican que el petróleo romperá la barrera de los 100 dólares en las próximas semanas y porque los alimentos básicos se encarecerán, de acuerdo con los anuncios realizados por los fabricantes de pan y leche. En España el secretario de Estado de Economía ha reconocido esta misma semana que se disparará en la recta final del año. El pasado mes se situó en el 2,7%, el nivel más alto de 2007. Un informe de Caixa Catalunya la coloca en el 3%.

La clave

Si los tipos de interés, que se encuentran en récords de hace seis años, se incrementan, las esperanzas a un relanzamiento del crecimiento se desvanecerán y las consecuencias podrían ser nefastas en un momento de máxima alerta sobre la situación económica. El fantasma de la recesión planea sobre la primera potencia mundial, los Estados Unidos.

En el caso español, la mayoría de los análisis pronostican una desaceleración del Producto Interior Bruto (PIB) de cinco puntos. Hasta el Gobierno ha rebajado sus estimaciones para 2008. El vicepresidente Pedro Solbes ha admitido que la riqueza nacional crecerá a un ritmo inferior al 3%.

Una subida de los tipos contraerá el gasto de los ciudadanos, uno de los principales motores de los últimos años, como consecuencia del enésimo incremento en el coste de las hipotecas, cuando las familias encuentran dificultades para hacer frente al pago. Los hogares nunca habían estado tan endeudados como ahora. Según las cifras del Banco de España, deben 850.000 millones de euros, de los que más de 600.000 millones provienen de los créditos suscritos para la adquisición de la vivienda. Una vivienda que, aunque da muestras de debilidad, todavía registra aumentos superior al coste de la vida (un 2,7%).

Las dificultades de las familias, derivadas del mayor coste de las hipotecas, han provocado un repunte en la morosidad, que se ha duplicado en lo que va de año y ya se sitúa en máximos de dos años. La dudosidad de los créditos para la compra de una vivienda alcanza el 0,6%, aunque el ratio del conjunto de la actividad asciende al 0,8%.

El sistema financiero considera que las cifras no son alarmantes y que aún están en niveles mínimos. El director general de Caja Madrid, Ramón Ferraz, explica que no hay que preocuparse por el número de impagos y recuerda que la crisis de principios de los noventa elevó la tasa al 8% de los créditos concedidos.

La mezcla de hipotecas al alza e incertidumbre, asfixia de los hogares e incertidumbre económica general han desacelerado el mercado inmobiliario. Aunque el sector niega una próxima recesión, algunos informes prevén un cambio de ciclo. El prestigioso banco de inversión estadounidense Morgan Stanley calcula que el precio de la vivienda caerá en los próximos años entre el 5 y el 10% y las ventas de pisos se reducirán dos tercios.

Vivienda y empleo

Este desplome afectará negativamente al empleo. Por cada casa que no se construye se destruyen dos o tres puestos de trabajo, por lo que un millón de personas ingresarán en las listas del paro. Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), publicados el viernes, reflejan la desaceleración de la construcción. España no puede absorber toda la demanda laboral.

No obstante, el precio de la vivienda prepara una subida por los requisitos del Documento Básico de Protección Frente al Ruido. El Gobierno calcula que al aumento será de entre el 0,33% y el 0,75%. De esta manera, un piso de tamaño medio, de unos 100 metros cuadrados se encarecerá entre 680 y 1.547 euros. El coste actual del metro cuadrado asciende a más de 2.000 euros, aunque en algunas ciudades como Madrid, Barcelona o San Sebastián llega a los 4.000 euros. En casi diez año su valor se ha triplicado.

Las compañías inmobiliarias adviritieron el miércoles que, tras dos años de estancamiento, el precio de la vivienda se disparará ante la falta de suelo. Por ello, reclamaron a las administraciones locales que agilicen cuanto antes los trámites para convertir terrenos en urbanizables, porque, de lo contrario, no se podrá edificar todo lo necesario.

Toda esta situación de intranquilidad no ha hecho más que reforzar la Bolsa, algo que a priori resulta incongruente. El Ibex, escudado en una bajada de los tipos de interés en Estados Unidos, ha mostrado esta semana su cara más amable y ha pulverizado sus propios récords. Los analistas consideran que la entrada de dinero en la renta variable se debe, principalmente, a dos factores. El primero, el interés por parte de todos de mantener arriba los parqués de todo el mundo para dar una sensación de normalidad y no crear alarma social. Si las plazas bursátiles se desplomaran significaría que las cosas irán mal en un futuro, porque son uno de los mejores termómetros de la situación económica.

El segundo, inexistencia de un producto alternativo de inversión ante la baja rentabilidad que ofrece la vivienda en la actualidad tras la ralentización de los meses precedentes. Este factor ha influido también en la escalada del crudo. Los inversores han trasladado su dinero al crudo.

Telefónica, motor bursátil

La revalorización de la Bolsa ha llegado de la mano de Telefónica, la compañía que más pesa en el parqué nacional. La operadora ha encontrado la senda alcista y en lo que llevamos de 2007 acumula unas plusvalías del 43%. Sus acciones se sitúan en máximos de siete años gracias a la buena evolución del negocio y a las promesas de reparto de dividendo para este año y el próximo. En octubre la cotización de la firma que preside César Alierta ha avanzado más de un 15%, algo no visto desde la época de la burbuja tecnológica.

La evolución del parqué, como la de la economía en general, dependerá de la decisión que tomen los Bancos Centrales. Las medidas que adopten serán transcendentales para el bolsillo de los ciudadanos y el bienestar común. No lo lo tendrán fácil y tendrán que elegir entre inflación o crisis.

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