"¡Os voy a mandar a todos de vuelta a Marruecos!"

El desalojo del poblado chabolista de la Cañada Real Galiana, en Madrid, deriva en una batalla campal entre agentes y vecinos que deja al menos una treintena de heridos

Alejandro López / Agencias Madrid / diarioadn.com, 19/10/2007

Al menos una treintena de heridos y nueve detenidos. Ese es el balance provisional de la batalla campal en la que esta mañana se ha convertido el desalojo del poblado chabolista de la Cañada Real Galiana, en el distrito madrileño de Vallecas. Los malos modos y la violencia de los agentes, que llegaron a sacar de sus casas a mujeres embarazadas tirándoles de los pelos o a apartar a empujones a niños pequeños, propiciaron la respuesta de los vecinos, que arrojaron contra los efectivos policiales todo tipo de objetos, incluyendo piedras, botellas e incluso bombonas de butano.

En total, 22 personas -cuatro civiles y 18 policías- fueron atendidas por Samur-Protección Civil, mientras que otra decena sufrió fuertes hematomas y contusiones. En el mismo lugar de los hechos, los sanitarios municipales atendieron a seis antidisturbios y a un agente de Policía Municipal. Dieciseis agentes tuvieron que ser dados de baja debido a las heridas que presentaban. Entre los detenidos se encuentra un joven de 18 años -que también sufrió un fuerte golpe en el ojo-, el padre de una de las familias desalojadas, de nacionalidad marroquí, y otros tres conciudadanos suyos por intento de robo del arma de fuego reglamentaria de un agente de la Policía Local.

Los hechos comenzaron poco antes de las nueve de la mañana, cuando las máquinas excavadoras llegaron al lugar escoltadas por al menos una docena de furgones policiales. Según el relato de los vecinos, los agentes comenzaron a increparles con frases como "¡mora hija de puta, sal de la casa!", o "¡os voy a mandar a todos de vuelta a Marruecos en patera!", cebánbose con las mujeres, hasta el punto de llegar a sacar de una de las viviendas a una embarazada tirándole de los pelos.

2.000 viviendas ilegales

"Dile a tu dios que venga a ver esto", espetó un agente a uno de los desalojados, que aseguran que los efectivos policiales no tuvieron ningún reparo en usar contra ellos y con una dureza desmesurada pelotas de goma y porras durante el operativo.

Indignados por el trato de la policía, sobre todo hacia sus mujeres, los varones comenzaron a responder a los agentes con el lanzamiento de piedras y otros objetos. La policía ha cargado entonces contra un centenar de habitantes del poblado, en su mayoría marroquíes, disipándolos y procediendo tras ello al derribo de tres viviendas. En la Cañada Real Galiana, en el límite de la capital con la localidad de Rivas-Vaciamadrid, viven no menos de 30.000 personas en unas 2.000 edificaciones, todas ellas ilegales.

Tras los incidentes, los agentes han permanecido unos minutos apostados en las laderas de los alrededores del poblado. Los vecinos han vuelto entonces a las que minutos antes eran sus casas para recoger de entre los escombros sus enseres y la poca comida que pudieran recuperar.

Poco después, ha llegado al lugar el agregado de la Embajada de Marruecos, que ha preguntado por lo sucedido a los afectados. Éstos le han manifestado su deseo de emprender acciones por lo sucedido, así como la necesidad de crear una asociación a través de la cual puedan expresarse.

"Una herida difícil de cerrar"

Precisamente hoy, un juez de lo Contencioso Administrativo tenía que decidir si el Ayuntamiento de Madrid puede proseguir con el derribo de las viviendas ubicadas en la zona, tras la suspensión cautelar promovida por los afectados, la mayoría ciudadanos marroquíes y rumanos asentados en el kilómetro 14 de la carretera de Valencia, a unos 20 minutos en coche de la Puerta del Sol.

En la rueda de prensa posterior a la reunión de la Junta de Gobierno municipal, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, aseguró desconocer los sucesos que se estaban produciendo en esos momentos, aunque indicó que, "como siempre, las actuaciones del Ayuntamiento en este ámbito se producen en ejecución de una decisión judicial". En agosto, Gallardón ya advirtió, al respecto del poblado chabolista, que "la Cañada Real es un problema muy serio, uno de los más importantes de Madrid [...] y, si no lo abordamos ahora con decisión, se nos puede convertir en una herida muy difícil de cerrar en el futuro".