Emancipados con los padres
Antoni Fuentes/ elperiodico
• El 57% de los jóvenes catalanes y el 65% de los españoles que han formado su propio hogar dependen de la ayuda familiar
• El ahorro puede llegar a 675 euros mensuales, según UGT
Salir del nido no es tarea fácil. Muchos de los jóvenes que levantan el vuelo, acaban visitando con mucha frecuencia o a diario a sus padres para dejarles a los niños y en busca de la ropa limpia y planchada y varios platos de comida casera para subsistir durante la semana. Se trata de los jóvenes que el sindicato UGT ha etiquetado como semiemancipados, una situación en la que se encuentran unos 170.000 catalanes, el 57% de los que tienen menos de 30 años de edad, y un millón (el 65%) en toda España.
El recurso a los padres no es por gusto, sino por necesidad, teniendo en cuenta que la mitad de los jóvenes de 20 a 29 años cobran un máximo de 1.000 euros mensuales. Estos salarios y la carestía de la vivienda retienen en el hogar paterno a los jóvenes, que se emancipan más tarde que en otros países europeos. Hasta los 34 años, hay un 51,5% de catalanes con su propio hogar, frente a un 92% de las jóvenes y del 75% de los hombres de esas edades de Dinamarca.
"La fortaleza del Estado del bienestar facilita el acceso a la vivienda en los países con más jóvenes emancipados, en los que además no hay tanta desproporción entre los salarios y el precio de los pisos", aseguró Chakir el Homrani, responsable de la organización juvenil de UGT Avalot.
Visitas a los padres
Aquí, la mayoría de los que deciden dar el paso de establecerse por su cuenta tienen que visitar periódicamente a la mamá para llegar a fin de mes gracias a lo que el sindicato considera como un salario diferido que evita que las nóminas acaben aún más menguadas.
Esa aportación en especie puede llegar a 675 euros mensuales, que equivalen al 26,2% de los ingresos de una pareja de 30 a 34 años con un hijo. Los cálculos de la central sindical están basados en el valor de mercado de los servicios prestados. Por ejemplo, valoran en nueve euros cada comida que se ahorran los jóvenes que tiran de fiambrera o que van al restaurante de la mamá.
Los servicios paternos y familiares también incluyen pequeñas reparaciones, que posibilitan un ahorro de los 30 euros por hora que puede cobrar un técnico; coser los bajos de unos pantalones, con un coste estimado de cinco euros, o la limpieza de la casa a razón de 10 euros por hora de trabajo.
Pero, sin duda, la contribución más preciada de los padres es la del cuidado de los nietos. Para los semiemancipados supone un ahorro medio de 360 euros, que es lo que tendrían que pagar por una guardería. "Estos datos muestran una situación insostenible que se aguanta gracias a la familia mediterránea. En otros países sin ese colchón familiar, no es posible", aseguró ayer Eva Granados, secretaria de Política Institucional de la UGT de Catalunya. "Hay que hacer un homenaje a las madres coraje del tupperware que se ven obligadas a ejercer de abuelas-canguros con sus nietos", añadió.
En el fondo del problema se encuentra una combinación perversa de vivienda a precios prohibitivos, sueldos bajos y precariedad laboral con una elevada rotación entre empresas. El sindicato estima que un joven de 20 a 29 años tendría que destinar 18 años de su salario a pagar un piso de 75 metros cuadrados a un precio de 277.000 euros. Este cóctel de factores hace que sea imprescindible, según dijo Granados, "emanciparse en pareja y dedicar un sueldo a la hipoteca, además que la familia te ayude, por ejemplo, llenando la nevera".
La falta de datos estadísticos ha impedido incluir en el estudio los préstamos de padres a hijos para comprar una casa o un coche.
Etiquetas: el problema de la vivienda, el subdesarrollo social de España
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