Denuncias por vivienda

Contra la vivienda indigna. V de Vivienda. Todos juntos podemos.

martes, abril 21, 2009

De la infravivienda al pluriempleo

DENUNCIAS POR VIVIENDA

Las palabras determinan nuestra conciencia, nuestra forma de pensar el mundo. Por eso no es casual que la jerga económica, como la jerga médica o jurídica, sólo sea apta para sus sacerdotes, la casta, los 'enteraos'. Es un modo de mantener al pueblo alejado de las decisiones, en la inopia y el mutismo. Así, el autor de tiras cómicas Peridis lleva décadas dibujando al ministro de Economía y Hacienda como una mago: con su gorrito estrellado y su varita mágica. ¡Hago chás!, y ya está.

Los poderes políticos -lectores de informes, planeadores de estrategias para adormecer al personal- han entendido bien cómo jugar con este lenguaje críptico. Ellos, poseedores de información privilegiada, hecha por los técnicos, que no llega jamás al ciudadano, se encargan de traducir lo que es traducible. Cuando la vivienda libre y la VPO se ha convertido en un artículo de lujo para la mayoría de la población, por el inflamiento artificial de los precios de los pisos, dan el siguiente paso. Criminalizar bajo forma legal a las personas que tienen una vivienda en alquiler pero ya no son rentables para ese barrio. Así los distintos ayuntamientos se esfuerzan en definir un término negativo: infravivienda. ¿Qué es una infravivienda? El lugar que ocupa un ciudadano que nos molesta porque ya no es eficiente economómicamente. El siguiente paso es el mobbing inmobiliario. Y si lo certifica un técnico a cargo del presupuesto, la jugada sale limpia, impecable a los ojos de la sociedad biempensante, que sólo piensa en su lucro y en su bienestar.

La receta durante años para solucionar el problema del paro fue abaratar el despido, ellos lo llaman flexibilizar el mercado laboral. Sin embargo, el índice de paro es un fenómeno reciente del capitalismo crespuscular en que vivimos que nos dejó la crisis del petróleo de los años 70. Las sociedades consumistas habrían de acostumbrarse a un umbral de personas activas que no tuviesen empleo: como una retícula que retroalimenta un sistema que se basa en el egoísmo y la acumulación de bienes, sean o no útiles a la vida de una persona o familia, aunque sea en detrimento de otras familias, puede que sus vecinos. Ahora que aumenta la cifra de paro, vuelve a plantearse el abaratamiento del despido. Es más extraño que se ofrezca otra receta más solidaria: la prohibición del pluriempleo. Ya que hay menos empleo, que se reparta para amortiguar la crisis. Eso no se considera: hacer campañas donde se informe al ciudadano que igual que hay que gastar menos agua en época de sequía, no debe acapararse empleo en ninguna época, pero menos cuando el paro sube. Es egoísta con tus convecinos con los que tienes que convivir e insostenible socialmente a medio plazo. Un polvorín social.

Se comprende que no se haga porque la larga nómina de políticos, padres de la patria, periodistas, banqueros, dentistas, empresarios triunfitos, profesores de universidad, médicos, taxistas, butaneros, limpiadores de hogar y demás profesiones en que se ocupan los habitantes de la vieja Piel de Toro que tienen dos, tres y hasta cuatro empleos son legión. Tendrían que dar ejemplo y dejar el vicio. Porque de un vicio más se trata, otro vicio nacional, como la siesta o el toro embolao o la economía sumergida o empinar el porrón en las fiestas patronales. Vicios seculares, autóctonos, raciales a rabiar.

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