Los ninjas españoles: los mileuristas
Rocío Albert/ Gaceta de los Negocios
¿Hay ninjas en España? He entrado en distintos foros para tratar de dar una respuesta a la pregunta. Si tomamos en cuenta la primera acepción del término ninja (extraordinarios guerreros en la sombra, reemplazo de los antiguos samuráis para servir al shogun, practicantes de la técnica del ninjitsu) no soy capaz de dar un diagnóstico concluyente ya que no está claro si existieron realmente en Japón o si se trataba de una leyenda. Si pensamos en otro sentido que se da a esta palabra —puesto de moda por Leopoldo Abadía— según el cual un ninja es una persona con no income, no job, no assets; estoy convencida de que sí existen en España. Según mi opinión podrían corporeizarse en personas a las que se les han concedido hipotecas, sin tener ingresos fijos, ni empleo fijo, ni propiedades.
Como otras, puede que esta nueva tribu urbana naciera en EEUU. Fueron los bancos americanos los primeros en ofrecer créditos hipotecarios subprime, a personas de escasos recursos y con trabajos temporales, cobrando intereses más elevados a cambio de falta de garantías y mayor riesgo de impago. En medio de la fase alcista del ciclo y el boom inmobiliario, los bancos americanos se contagiaron de ese optimismo y concedieron créditos por valores superiores a los de las propiedades hipotecadas, especulando con la probabilidad de que las casas en unos meses valdrían más que la cantidad total del préstamo.
Pero “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”: las crisis inmobiliarias existen y los bancos olvidaron ese detalle. A principios de 2007 los precios de las viviendas norteamericanas se desplomaron. Muchos de los ninjas se quedaron sin trabajo y no pudieron seguir pagando sus hipotecas, desencadenando la crisis de las subprime que conocemos. En este lado del Atlántico, el gobierno de Zapatero nos quería vender que esta crisis era algo del exterior, ajeno, que a consecuencia de la globalización y de los mercados financieros internacionales podría afectar a España, pero sólo parcialmente. Me temo que estaban pecando de optimistas.
Ahora los ninjas ya están entre nosotros, y no es que los hayamos importado, sino que son ninjas made in Spain. En España hemos vivido también un proceso muy semejante al de los ninjas americanos: nuestros bancos han prestado dinero a parejas mileuristas, tasando las propiedades muy por encima del valor real, y concediendo el préstamo por el 100% del valor de tasación. Así, al igual que el american way of life, muchos pudieron permitirse no sólo comprar una vivienda, también un nuevo monovolumen y las vacaciones soñadas. Pero al igual que el sueño americano convertido en pesadilla, aquí también las cosas se torcieron. Aunque Spain is different —eso quiere creer ZP— también nos ha llegado la crisis en forma de explosivo cóctel molotov: crisis inmobiliaria, financiera, aumento de los precios de las materias primas y del déficit exterior. Con tal debacle aún para los mileuristas que siguen teniendo un trabajo, la situación se ha vuelto insostenible y ya hay muchas ejecuciones hipotecarias. Y para que no me acusen de antipatriota sólo menciono los casos menos trágicos: familias que se han ido al paro y no hay ingresos ni para alimentarse; o aquellos que contagiados de la euforia inmobiliaria compraron una nueva vivienda sin vender la anterior con una hipoteca puente y ahí sigue colgado su cartel de ‘Se vende’.
Etiquetas: el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, ninjas
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