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viernes, mayo 23, 2008

El crash inmobiliario toca al capital riesgo: despidos en el primer fabricante de piedra

Carlos Hernánz/ cotizalia

El majestuoso mármol de la Terminal 4 de Barajas tiene su sello. Sin embargo, el brillo de los suelos ha quedado empañado recientemente. Sobre todo desde que el Grupo Levantina, primer productor nacional de mármoles y granitos, presentara un expediente de regulación de empleo para sus tres plantas de Novelda (Alicante), localidad donde tiene su sede la compañía participada por los fondos de capital riesgo Impala y Charterhouse.

El pasado 8 de mayo el grupo Levantina presentó tres expedientes de regulación de empleo para las factorías de granito y mármol que tiene en Novelda ('Novelda 6', Bermarmol y 'Novelda 3'). Una decisión que afecta a un total de 190 empleos, aunque según denuncian los sindicatos el ajuste implicará la desaparición de 400 puestos de trabajo indirectos en una ciudad donde el 90% de su población está relacionada con la actividad del mármol. Es decir, es “algo más que un problema laboral”.

En marzo de 2006, Impala y Charterhouse desembarcaron en la compañía para impulsar sus planes de crecimiento. En ese proceso de expansión, un año y medio después, Levantina adquirió Bermarmol y estrenó nuevo presidente en la persona de Álvaro Taboada de Zúñiga, socio industrial de Impala, ex director general de Superdiplo y presidente de Menaje del Hogar, antiguas participadas de la firma de capital riesgo española, que trabaja ahora para concluir el fundrising de su segundo fondo.

Expansión internacional

Estas operaciones permitieron consolidar en torno a Levantina el primer conglomerado mundial de la piedra. Sin embargo, el drástico parón de la construcción por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha obligado a revisar los planes. El cambio de ciclo ha hecho que la productividad no permita ser competitivas a las plantas de Novelda. Hay que concentrar la producción y dar paso a una paulatina especialización productiva para ser más eficientes. O sea, rentables. "No se trata de un proceso de deslocalización encubierto, al contrario. Esta medida pretende salvar lo que hay aquí para continuar siendo competitivos con mercados como el de China o Turquía".

"Al tiempo que se ejecutaba la compra de Bermarmol, Impala y Charterhouse completaron la compra de Levantina, de la que quedaba un 30% en manos de socios", explican fuentes de la compañía. "Desde entonces, se ha llevado a cabo un proceso de reordenación necesario. El grupo es el resultado de la unión de más de 60 compañías locales, algunas con instalaciones y tecnología obsoleta. Era inevitable racionalizar esa consolidación, eliminar duplicidades y cocentrar y especializar el proceso de producción".

La decisión de Levantina se ha producido tras varios meses de incertidumbre, durante los cuales los responsables de la compañía descartaron cierres y apuntaron a una simple recolocación de los trabajadores. Al final, el plan de reorganización industrial implica el cierre de dos plantas y parcialmente el de otra tercera para poder hacer frente al impacto negativo provocado por el parón de la construcción. "Estamos obligados a ajutar la producción con la demanda existente", subraya un portavoz oficial.

Tampoco ha jugado a favor la expansión internacional del grupo. Con presencia en países como Alemania, China, Brasil, Marruecos, Polonia, Portugal o Reino Unido, la dependencia comercial con el mercado de EEUU, donde cuenta con seis oficinas de representación, ha resultado afectada de manera muy importante por el cambio dólar/euro. A pesar de la coyuntura adversa, Levantina asegura que después de afrontar con éxito estos ajustes estará mejor preparada para superar esta crisis y afrontar su crecimiento internacional.

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