Sacyr se desploma a mínimos desde 2005 por un rumor de suspensión de pagos

E. Segovia/ cotizalia

El pánico que provoca el sector del ladrillo entre los inversores dio lugar ayer a una situación rocambolesca en el mercado (aparte de la de Colonial) que tuvo como protagonista a Sacyr Vallehermoso. Por la mañana circuló como la polvora entre las mesas de trading el rumor de que iba a presentar ayer mismo el concurso de acreedores, lo que dio lugar a una avalancha de papel que tumbó al valor un 5,74% en bolsa.

De esta forma, la acción se situó por debajo de 18 euros (cerró en 17,72), su nivel más bajo desde agosto de 2005. En lo que va de año, la constructora que preside Luis del Rivero pierde ya un 33%.

El poder destructivo de este rumor demuestra la enorme sensibilización que existe con la crisis inmobiliaria, después de episodios como el salvamento in extremis de Hábitat (que también estuvo a punto de declarar el concurso de acreedores) y la crítica situación de Colonial, cuyo final sigue siendo incierto.

Resultados preocupantes

Pero, además, Sacyr es campo abonado para estos rumores. Sus resultados de 2007, presentados el lunes, muestran un beneficio de 946,38 millones de euros, con un aumento del 74,5%. Ahora bien, las ganancias cayeron el 25% en el último trimestre, y el grueso del resultado anual proviene de sus participadas Repsol y Eiffage: la petrolera aportó 417 millones, y la compañía francesa, 273 millones.

Pero lo más preocupante es que este resultado no llega a cubrir los gastos financieros de 976,6 millones, generados por la monstruosa deuda de la constructora: 19.726 millones al cierre de 2007. Para echar más leña al fuego, Del Rivero insistió en su intención de hacer una OPV de Itinere en el primer semestre (ya hace unos días realizó una presentación a analistas) con la que está cayendo en la bolsa. Algo que los analistas interpretan como una señal de la desesperada situación financiera de la compañía.

Aunque no todo son malas noticias. Otras fuentes señalaban ayer que los principales accionistas de la empresa aprovecharon el desplome para comprar acciones a manos llenas. Algo que reduciría aún más el estrechísimo free float del valor y le haría más vulnerable a los movimientos violentos.