El precio de la burbuja: La descalificación de los movimientos sociales

DENUNCIAS POR VIVIENDA

Los movimientos sociales que han defendido la existencia de una burbuja inmobiliaria en España fueron reprimidos y ridiculizados y silenciados de diferentes modos: primero se detuvo a gente -en total, 21 compañeros y compañeras- que participaba en las sentadas, desanimando la participación ciudadana por medio de la represión politico-policial tradicional; después se negaron sus argumentos por el abusivo método de descalifarlos como "niñatos o niñatas" cuyo resentimiento nace de la frustración de saberse 'perdedores' en la competición del gran Capital; después se dedicaron a la desinformación o la ocultación de las acciones que llevaban a cabo, a la copia y adulteración de sus contenidos, desactivando la crítica y desanimando, de nuevo, a la participación o la inclusión en sus programas grapados de edulcaradas medidas que proponen propinas para que todo siga igual; por último, estos pseudodemócratas que se educaron, mayormente, en una dictadura fascista, la del general Franco, se dedicaron a colar 'estupas' en las Asambleas populares que actuasen como 'topos' o abortaran en el momento oportuno las acciones.

Quienes protestábamos se encontraban ante la espantosa burbuja inmobiliario-financiero-política y la indiferencia social, la abulia propia de una sociedad atomizada, o a la clara animadversión del poder y sus secuaces.

Quienes protestábamos se encontraban con nuestras vidas cegadas por esa monstruosidad creada, fundamentalmente, por la codicia de la banca blindada ante una sociedad amorfinada -televisión, fútbol y cocaína, la "santísima trinidad novoespañolista"-; la miopía de una clase politica con magros escrúpulos y no demasiadas luces y la avaricia sin mayor fundamento que su solo bienestar de la clasecilla inmobiliario-empresarial, que descata en figuras como el señor Jové, que en cincuenta años ha pasado de 'paleta' del andamio a plutócrata con sillón en Consejo de Administración -posee, entre otras riquezas, el 5% del BBVA, uno de los bancos grandes de Europa, el segundo de España- por el implacable método del ladrillo y la destrucción medioambiental. Pronto tendrá estatua en algún parque.

Este clima asfixiante forma parte del país, y así lo vemos quienes nos opusimos (y nos oponemos) a la opinión de la mayoría, a los que se dejan llevar por la corriente bajo el discurso 'burbujista' de aquí se vive mejor que nunca. Nosotros éramos los catastrofistas y ellos los bienpensantes. Como siempre. Ahora toca que paguemos los de siempre los excesos de unos cuantos y la estupidez generalizada por hache o por be.