Denuncias por vivienda

Contra la vivienda indigna. V de Vivienda. Todos juntos podemos.

miércoles, enero 23, 2008

La bajada de tipos en EEUU: un error que la economía mundial pagará muy caro

Instituto Juan de Mariana

No sólo los inversores en bolsa parecen haber entrado en pánico sino que la actuación de la Reserva Federal estadounidense también parece fruto del miedo: la reducción de tipos en 0,75 puntos, la mayor bajada en 15 años, es una prueba inequívoca de la desorientación y pérdida de rumbo de las autoridades monetarias internacionales.

El Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana considera que está política será tremendamente nociva para la economía. La crisis en la que nos encontramos se caracteriza por un excesivo endeudamiento de familias y empresas que se ha traducido en inversiones que ahora se revelan como incorrectas (hipotecas subprime, recompras apalancadas de acciones, crédito al consumo…). El problema más grande a medio plazo es el posible colapso de toda esa montaña de deuda, lo que sin duda daría lugar a una contracción crediticia y descapitalizaría a familias, empresas y bancos.

Por tanto, esta reducción de tipos de interés inducida por la Fed es la medida más desafortunada que en política monetaria podría tomarse. Primero porque si la reducción de tipos logra su objetivo (que se reanude el ciclo de endeudamiento) sólo habremos agravado el problema de partida: acumularemos más y más deuda y el riesgo de impago masivo se disparará. Además, las recientes reducciones de los tipos de interés en EEUU demuestran que las mayores facilidades de los bancos centrales no logran que los bancos comerciales interrumpan su restricción del crédito, así que esta bajada de tipos se traducirá en una mayor inflación, especialmente en el campo de las materias primas que está actuando como refugio y protección a la pérdida continua de poder adquisitivo.

En su reciente boletín sobre la crisis subprime el IJM ya advirtió de que la fuerte escalada de precios en las materias primas desde agosto se debía a las inyecciones de liquidez y a las reducciones de tipos que habían practicado los bancos centrales. Desde entonces la situación no ha hecho más que agravarse: entre agosto y enero la mayoría de materias primas se ha encarecido en torno a un 35%.

Los menores tipos no han devuelto la “calma” a los mercados (como acredita el desplome ayer de las bolsas y las tensiones en el interbancario) y, sin embargo, familias y empresas sí han visto caer su renta disponible y sus márgenes de beneficios debido a las subidas de precios y de costes. Esta reducción de la solvencia de familias y empresas, de nuevo, incrementa el riesgo masivo de impago en la economía.

Conviene recordar que la actual crisis económica trae su causa más directa en las reducciones drásticas de tipos de interés que el entonces presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, planteó ante la recesión de 2001. En aquel momento el crédito extra se dirigió hacia el mercado inmobiliario, hoy afluye hacia las materias primas. No tiene sentido reiterar ahora, con una bajada de 0,75 puntos, los errores del pasado.

Junto a esta reducción de tipos de interés, es necesario rechazar también cualquier plan gubernamental destinado a incrementar el gasto público o a reducir impuestos con cargo a la creación de deuda. El incremento del gasto público y el déficit público generan lo que la literatura económica conoce como “efecto crowding-out”, esto es, una reducción o “desplazamiento” de los ahorros privados que haría la asfixia financiera de los actores económicos frente a la deuda sería aun mayor.

Este plan no ha conseguido tranquilizar a los mercados y, de hecho, ha sido la antesala del desplome bursátil. No pueden plantearse recortes fiscales sin reducciones al mismo tiempo del gasto público que mantengan el equilibrio presupuestario. Los enormes costes presentes y futuros de la guerra de Irak perpetúan un déficit presupuestario que deja escaso margen de maniobra para flexibilizar las finanzas de los EEUU.

Las reformas políticas necesarias hoy siguen siendo las mismas que hace tres meses, porque la naturaleza de la crisis no ha cambiado pese a que con el desplome de la Bolsa muchos políticos y economistas hayan perdido el punto de referencia.

Como ya reclamamos en el boletín, las reformas más importantes para aliviar la crisis son: reducción de impuestos y del gasto público, liberalización del mercado de factores productivos, evitar los déficits públicos, no implementar ninguna clase de controles de precios o de tipos de cambio y acabar con la política monetaria expansiva (bajadas de tipos de interés e inyecciones indiscriminadas de liquidez) de los bancos centrales.

Etiquetas: , ,

Counter
Site Counters