Amigos, socios y acreedores del presidente de Habitat
P. Riaño/ expansion
Las familias Andic, Rodés y Castro, Emilio Cuatrecasas y Dolores Ortega podrían aceptar salir de Habitat a cambio del 80% de lo que invirtieron. La banca quiere que se alcance la “paz social” esta semana.
A finales de 2006, Bruno Figueras comenzó a revisar la lista de contactos de su agenda. Estaba a punto de multiplicar el tamaño de Habitat con la compra de la división inmobiliaria de Ferrovial, pero la banca le reclamaba que contase con más socios para respaldar la operación.
Figueras, en el sector inmobiliario por herencia paterna y bien relacionado entre la clase empresarial catalana, se puso en contacto con dos amigos íntimos: Gonzalo Rodés, hijo de Leopoldo Rodés –fundador de Media Planning e impulsor empresarial de los Juegos Olímpicos de Barcelona–, e Isak Andic, máximo accionista de la cadena de moda Mango. Los dos se unieron al proyecto que les ofreció Figueras: entrar en el capital de una compañía con un beneficio de 30 millones de euros para 2007.
A continuación lo hizo también el abogado Emilio Cuatrecasas –relacionado personalmente con Figueras, aunque en menor medida que Rodés y Andic–, que conocía perfectamente el negocio de Habitat tras haber asesorado la compraventa de la división inmobiliaria de Ferrovial. El presidente de Habitat necesitaba más socios, así que recurrió a uno de los inversores de su ambicioso proyecto Distrito 38: Dolores Ortega, sobrina del empresario Amancio Ortega, que fue acompañada por el también gallego José Antonio Castro, presidente del grupo hotelero Hesperia.
Inversiones
Las promesas con las que los nuevos inversores llegaron a Habitat no se han cumplido. La empresa no puede hacer frente a las deudas por el cambio de ciclo inmobiliario y la crisis financiera internacional. Por esta razón se han levantado en pie de guerra contra la gestión de su amigo, en unos casos –ellos mismos aseguran que tienen “pacto de no agresión”–, y socio, en otros. Los seis inversores desembolsaron un total de 150 millones de euros en la inmobiliaria: seis millones de euros por cada 1% de la compañía. Tras firmar un aval en diciembre de 2006, en septiembre del año siguiente –justo después de las vacaciones veraniegas– suscribieron una ampliación de capital de 225 millones de euros en la que también participaron Ferrovial, la familia Figueras y Josep Suñol ,el socio histórico del fundador de Habitat.
Aunque admiten que toda inversión tiene un riesgo, los minoritarios dicen ahora que la empresa que les prometieron en diciembre de 2006 no coincide con la que encontraron en septiembre de 2007, pero no están de acuerdo ni en los culpables ni en las razones. Para Rodés, Andic y Cuatrecasas, la entrada en Habitat representó su primera inversión inmobiliaria, mientras que Castro conoce perfectamente los entresijos del sector. La desunión en este colectivo podría surgir a la hora de decidir qué acciones legales tomar.
Los accionistas más cercanos a Figueras mantienen la posición menos dura respecto a la gestión de la compañía y cargan contra las proyecciones de negocio elaboradas por el banco de inversión N+1. La entidad financiera presidida por Santiago Eguidazu –a su vez es miembro del consejo de administración de Ferrovial– asesoró a Habitat en la compra del negocio inmobiliario de la familia Del Pino. Dentro de este grupo de accionistas se encuentra Gonzalo Rodés, que ha impulsado el movimiento legal del grupo de accionistas y se ha erigido como representante a través de su bufete Rodés y Sala.
En el extremo opuesto aparece el núcleo más duro de los accionistas minoritarios, encarnado por el empresario hotelero José Antonio Castro y por Dolores Ortega. A través de sus representantes, el primero ha mostrado públicamente su “desconfianza” en la gestión llevada a cabo por el presidente de la compañía. Este grupo de minoritarios estaría dispuesta a emprender acciones legales más duras, aunque aún están en negociaciones con el resto.
En el centro se encuentra Emilio Cuatrecasas, aunque es más cercano a los primeros por su vinculación con Figueras. Cuatrecasas trabajó para Ferrovial en la venta de su negocio inmobiliario, así que, según fuentes cercanas a la inmobiliaria, “sólo podría atacar los posibles defectos en la ampliación de capital y no en las operaciones previas”.
Una de las opciones que contemplan los minoritarios es invalidar el contrato por el cual entraron en Habitat para pasar de socios a acreedores.
Próximo pacto
La desunión que se ha creado en el seno de Habitat no es del agrado de la banca. El pasado lunes los tribunales rechazaron las medidas cautelares reclamadas por los minoritarios en su demanda de impugnación de acuerdos, pues el juez consideró que podían entorpecer las negociaciones de la compañía con las 38 entidades financieras acreedoras.
La dirección de Habitat prevé sellar definitivamente en los próximos días el plan de refinanciación del crédito de 1.750 millones de euros contraído en 2006 para comprar la división inmobiliaria de Ferrovial. Fuentes cercanas a la negociación explican que los bancos son partidarios de que se alcance “la paz social” antes de firmar el acuerdo, que contempla una ampliación del principal del crédito a cambio de una mayor implicación de Ferrovial en la compañía.
Posible solución
Los accionistas minoritarios no han querido hacer declaraciones al respecto, pero fuentes cercanas al grupo inmobiliario han explicado que los socios estudian hacer una oferta a Habitat. Los seis accionistas estarían dispuestos a poner fin al conflicto con Habitat a cambio de que se les comprase su participación con una rebaja del 20% respecto al valor inicial. De este modo, los seis socios recuperarían 120 millones de euros en conjunto.
Pero, ¿quién debería hacer frente a este pago? Los minoritarios niegan que estén en conversaciones con Ferrovial para vender su capital y, además, la familia Del Pino no tiene intención de regresar al negocio inmobiliario. Aunque ahogados por la deuda en Habitat, Figueras y José Suñol tienen otros activos. La entrada de los minoritarios y de Ferrovial en Habitat supuso la segregación de una serie de negocios, entre ellos el hotelero y el constructor. Estas dos empresas son propiedad al 50% de los dos socios de Habitat.
Etiquetas: burbuja inmobiliaria, cambio de ciclo, Habitat
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