Dudas hipotecarias

EXPANSIÓN

No es extraño que cada vez más personas que tienen un crédito hipotecario o se están planteando firmarlo se dirijan a su banco o caja de ahorros para plantear algunas dudas y cuestiones.

Los clientes potenciales preguntan por las hipotecas a interés fijo porque oyen, un día sí y otro también, que los tipos de interés están subiendo.

Los que ya tienen una hipoteca a sus espaldas han ido viendo en los últimos años cómo subía la letra mensual. El euribor, el índice más extendido para la revisión de las hipotecas, ha subido de mínimos del 2,10% (junio de 2002) al 4,66% registrado el pasado agosto.

A esta cruda realidad se ha unido este verano el temor a que la situación se agrave por la crisis que viven los mercados a cuenta de los problemas de las llamadas hipotecas subprime, tan de moda en EEUU y, desde el verano, también en todos los medios de comunicación de todo el mundo. Así las cosas, es lógico que las dudas inunden a los prestatarios hipotecarios. Pero si todo se quedase en dudas, no habría problema alguno.

La realidad es que cada vez más clientes necesitarán ir al banco para ver qué margen de maniobra tienen para reducir la cuota que pagan al mes, antes llevadera y ahora bastante más pesada. El problema es que, ante eso, sólo caben dos opciones. Una, coger algunos ahorros para amortizar algo del préstamo y reducir la deuda pendiente, algo imposible cuando esa persona ya ha apurado al máximo sus ingresos y gastos. Y dos, alargar el plazo de la hipoteca; pero tampoco será sencillo estirar más el chicle para quien ya firmó al principio un crédito a muy largo plazo.

Es difícil saber si hay muchos ciudadanos en esa situación porque, aunque potencialmente los más afectados son sólo los que han suscrito su hipoteca en los dos últimos años –coincidiendo con unos tipos de interés por los suelos–, la fuerte competencia entre bancos y cajas ha llevado a muchas entidades a bajar el listón y conceder hipotecas que, aunque aquí no se llamen subprime, cumplen muchas de las características para ser catalogadas como tales. El único consejo que se puede dar a clientes potenciales o reales es hacer bien los números y no precipitarse.