Denuncias por vivienda

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jueves, agosto 16, 2007

El selvático mercado busca cura en las inyecciones

Luis Aparicio Pérez/ Invertia

Suena a vieja historia que se repite. Los excesos continuos en la innovación financiera y el no intervencionismo bajo la máxima de un mercado libre y soberano terminan poniendo sobre las mesas de operaciones de los bancos miles de millones de euros o dólares en forma de benéfica inyección.

El caso de Estados Unidos y sus hipotecas dista mucho del español. Allí se negocian y renegocian mil y una veces y sirven –aquí si hay similitudes con el español- para adquirir otros bienes distintos a los inmuebles o simplemente satisfacer gastos corrientes. De esas renegociaciones salen comisiones, como salen también de convertir esos créditos en bonos, de colocarlos y luego de nutrir con esos bonos sus fondos de inversión por los que sus clientes pagan puntualmente también sus comisiones.

El sistema financiero está montado así, y cuánto más movimiento hay más ganancia por la posibilidad de hacer más comisiones. También intervienen los productos estructurados que, hoy por hoy, impiden averiguar el alcance la crisis de las hipotecas subprime de Estados Unidos. Nadie sabe las consecuencias exactas porque la madeja financiera está tan entrelezada y tupida que cualquier hilo que se escape puede, valga la redundancia, desmadejarla.

Todas estas operativas tan ingeniosas deberían ser más cuidadosamente reguladas. Sinceramente, creo que su complejidad incluso supera a los propios reguladores por lo que todavía les resultará más difícil prever los efectos. Desde mi punto de vista hay un cierto descontrol de fondo en todo ello que es el culpable de la inestabilidad que viven estos días los mercados y cuyo alcance nadie se atreve a pronosticar.

Han sido años de gran relajación monetaria con el fantasma de la recesión y la deflación de fondo. Pese a las nuevas normativas contables, el mercado financiero ha logrado numerosos privilegios para lograr que el dinero siguiera fluyendo, se continuase demandando, aumentando la deuda y generando riqueza y burbujas a partes iguales.

Estamos en una crisis de falta de control de muchos productos financieros en la que ya se apuntan culpables en las firmas de calificación crediticia (en este caso de las hipotecas) respresentadas por los gigantes Standard & Poor's y Moody's. ¿No les recuerda muy mucho a Arthur Andersen que cargó con las culpas de la contabilidad creativa de Enron, entre otros?

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