Denuncias por vivienda

Contra la vivienda indigna. V de Vivienda. Todos juntos podemos.

martes, abril 24, 2007

«El “mobbing” inmobiliario es un tema de Estado»

El magistrado Carlos Mir aboga por sancionar económicamente a los que acosan a sus inquilinos

Juan Manuel Lamet
Su Vivienda, Martes 21 de abril de 2007, pág. 38

«Hay que evitar que estos buitres invadan a las personas mayores». Así de contundente se muestra Carlos Mir Puig, magistrado de la sección octava de la Audiencia Provincial de Barcelona y uno de los mayores expertos en mobbing inmobiliario de España, contra las personas que acosan a sus inquilinos para que abandonen sus casas (normalmente con alquileres de renta antigua) y así arrendarlas de nuevo pero a un precio mayor.
Cada vez se conocen más casos y los afectados son, en su mayoría, personas de avanzada edad. De hecho, ya han surgido términos como espantaviejas o casas con bicho para señalar a quienes hacen mobbing y a las viviendas en las que lo hacen. Por ello, Mir señala que hay que buscar soluciones distintas a las que se han venido aplicando hasta ahora.

España. El relator especial de asuntos de Vivienda de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Miloon Kothari, aseguró en su última visita a España que el mobbing inmobiliario es «particularmente grave y una vergüenza para el país», amén de ser más grave que en el resto del mundo desarrollado. ¿Tan grave es el acoso a los inquilinos en España? Carlos Mir opina que no. «Yo creo que esto es un poco exagerado; aquí, aunque grave, ha sido mucho más suave que en Estados Unidos y se ha concentrado sobre todo en Barcelona y Madrid», asevera.

Tipos. «Hay muchas maneras de hacer mobbing. La más conocida es la que utilizan los propietarios de viviendas con rentas de cantidades muy reducidas», dice Mir. «Miran a ver si pueden meter esas casas en el mercado con un precio de alquiler mayor y hacen todo lo posible porque el inquilino abandone voluntariamente el domicilio, llegando a meterle okupas, cortarle las tuberías o pincharle los suministros para que se disparen los costes», añade. Otros a veces no efectúan las reparaciones ordinarias hasta que la vivienda deja de ser digna.

Cuándo denunciar. «Para denunciar hay que demostrar que el acoso es una conducta intencionada», señala el magistrado catalán. «Es difícil probar que hay una estrategia para echar al inquilino, pero se puede hacer y se está haciendo», opina.

Soluciones penales. «La palabra mobbing está muy en boca de todos nosotros, pero en realidad se trata de un delito de coacciones. Se cercena la libetad de decisión de las personas del piso, así que por la vía penal se podría castigar como un delito de coacciones atenuado, con penas de prisión de tres meses a un año», señala Mir.

Penas económicas. «Tampoco veo mal la vía administrativa. Al fin y al cabo el mobbing es un problema económico y sanciones económicas (por falta grave) podrían solucionarlo, ya que la vía penal es más simbólica», apostilla. Carlos Mir, también profesor de la Universitat Pompeu i Fabra, opina que gran parte de las responsabilidades para acabar con estos acosos deberían asumirla las administraciones: «Tienen que poner más de su parte y fomentar una sensibilidad social, ya que el mobbing inmobiliario es un tema de Estado». «Como las administraciones no corten este tema, se va a extender a toda España generalizándose», concluye.

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