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lunes, junio 30, 2008

Los derivados de deuda, otro ingenio financiero que puede desbaratar el mercado

Alberto Cañabate/ invertia

La creatividad financiera de la banca hizo claudicar a los mercados con los productos de deuda estructurados. Ahora, se suman los credit default swap (CDS), derivados que cubren al inversor ante los impagos de deuda. Un mercado de 62 billones de dólares, opaco y sin regulación, en el que los hedge funds campean a sus anchas y no siempre con la diligencia presumible. George Soros ha afirmado que “es una espada de Damocles a punto de caer”. La cuestión es cuándo.

El multimillonario inversor de 77 años, una de las voces más respetadas en el mundo de las finanzas, afirmó en su último libro (The new paradigm for financial markets: The Credit crisis of 2008 and what it means) que una reacción en cadena de impagos en el mercado de los CDS podría desencadenar la próxima crisis financiera global, recoge la revista Bloomberg Markets.

Estos productos derivados cuentan con dos partes. Una que compra el activo para protegerse del impago (default) y otra que vende ese producto, ya que apuesta a que la empresa cumplirá sus obligaciones con los bonistas. Durante la crisis de Bear Stearns, allá por marzo de este año, una de las principales ansiedades del mercado era la posibilidad de que los vendedores de CDS del banco de inversión no hubiesen podido responder ante la avalancha de contratos que se formalizaron esas sesiones. Al final, todo se quedó en aguas de borraja tras el salvamento de JP Morgan y la Reserva Federal de Nueva York.

Hasta que una empresa entra en impago, el comprador de la cobertura paga al vendedor una cuantía anual. El 14 de marzo de 2008, viernes, el precio de los CDS de Bear Stearns se disparó por encima de los 800 puntos básicos (pb). El actual de Santander, primer banco español por activos, es de menos de 70 puntos. Es decir, la protección significaba un desembolso de 80.000 dólares para asegurar un millón en bonos de la entidad.

La propia Reserva Federal tenía constancia que existían contrapartidas que no podían asumir los pagos en caso de quiebra, según recoge Bloomberg de palabras de Joseph Mason, ex miembro del Departamento del Tesoro que ahora trabaja en la Universidad de Louisiana. “Fue el rescate de JP Morgan, no de Bear Stearns”, ha afirmado. JP Morgan es el banco comercial de EE UU que más vende y compra estos derivados, y era también la mayor contrapartida en el caso de Bear Stearns.

Los CDS fueron ideados por JP Morgan en 1990 para cubrir sus riesgos crediticios, y ahora es un mercado que cubre 62 billones de dólares de deuda, sin regulación, primitivo en su operativa y sin información pública sobre la solvencia del vendedor del CDS en el caso de que tenga que pagar un bono moroso. El 40% de los contratos de estos derivados son con deuda sin grado de inversión (investment grade), frente al 8% de 2002. Ese año, el mercado de CDS era de apenas 3,8 billones de dólares.

En un estudio reciente, Standard & Poors (S&P) dijo que durante el año han entrado en impago 33 empresas en todo el mundo, para una deuda valorada en 38.300 millones de dólares. Más que en todo el ejercicio anterior y con EE UU como epicentro de la morosidad. La agencia prevé que otras 74 empresas dejen de cumplir sus obligaciones con los bonistas a lo largo del próximo año. Lo que echa más leña al fuego, ya que la eclosión de los CDS en estos años pasados coincidió con una excelente salud del mercado de bonos.

Andrea Cicione, analista de BNP Paribas, comenta a Bloomberg Markets que la crisis comenzará cuando los hedge funds, muchos sin apenas capitalizar, dejen de pagar a los bancos por los contratos, y cifra las pérdidas en al menos 35.000 millones de dólares. Aunque el guarismo puede alcanzar los 150.000 millones referidos a fondos que no pueden pagar a la contrapartida en caso de default. Según recoge Bloomberg, los hedge fund son la parte vendedora del 31% de todos los CDS.

El comprador habitual es un banco, que acostumbra a vender la protección a otra entidad, lo que crea una gran concentración de riesgo. Algunas veces se desconoce hasta qué deuda cubre un CDS. Estos derivados, además de proteger los impagos de una empresa en concreto o un índice de empresas, también pueden salvaguardar los impagos en productos estructurados CDO (paquetes de deuda de muchos tipos que pueden incluir hipotecas subprime) y también existen productos estructurados de CDS.

Otro ejemplo en el que la ingeniería financiera se lleva hasta el último extremo. Por supuesto, a mayor número de productos CDS, más comisiones que se embolsa la banca.

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