De la ambición humana
Mariposa, no sólo no cobarde,
mas temeraria, fatalmente ciega,
lo que la llama al Fénix aún le niega,
quiere obstinada que a sus alas guarde,
pues en su daño arrepentida tarde,
del esplendor solicitada, llega
a lo que luce, y ambiciosa entrega
su mal vestida pluma a lo que arde.
Yace gloriosa en lo que dulcemente
huesa le ha prevenido abeja breve,
¡suma felicidad a yerro sumo!
No a mi ambición contrario tan luciente,
menos activo sí, cuanto más leve,
cenizas la hará, si abrasa el humo.
Luis de Góngora, Sonetos
Etiquetas: fábula moral, Góngora, poesía
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home