Pisos para los afiliados
Salvador Sabrià/ elperiodico
Barcelona
• USOC fundó en 1997 su propia cooperativa inmobiliaria con el objetivo de dar cobertura a una de las primeras necesidades de sus afiliados, la vivienda
• A finales del 2007, impulsó la formación de una cooperativa de cooperativas, el Grupo Valuaris, para obtener y gestionar suelo para viviendas protegidas
De todo se acaba aprendiendo en esta vida y los sindicatos lo han hecho también en promoción inmobiliaria. Un ejemplo es la cooperativa Habitatge Social USOC, que pertenece a esta central, y que tiene como principal objetivo facilitar el acceso a una vivienda de protección oficial a sus afiliados mediante la autopromoción basada en empresas cooperativas. Recientemente ha celebrado su décimo aniversario y en su balance presenta más de 400 pisos adjudicados sobre un total de medio millar promocionados durante este periodo.
Paco Giménez, presidente del consejo rector de Habitatge Social, recuerda ahora que los inicios fueron muy difíciles porque todavía estaba muy presente el fiasco de la PSV, la cooperativa de viviendas vinculada a la UGT que acabó en los tribunales."Nuestra idea era ofrecer a los afiliados facilidades ante uno de los problemas más graves, el difícil acceso a una vivienda. Como que no teníamos mucha idea de esta actividad, contratamos a una empresa que asumió la gestión global del proyecto cooperativo durante los primeros cuatro años". Raiding SA realizó la gestión hasta julio del 2002, y a partir de esa fecha lo hizo la empresa Gestió Integral de l'Habitatge SL.
Desde del primer momento, USOC tuvo claro que su cooperativa de vivienda no podía ser mayor que el sindicato y siempre se marcó objetivos asumibles, sin crecimientos espectaculares, pero que les permitieran una actividad constante, que Giménez cifra en un centenar de pisos al año, una vez finalizados los trámites iniciales de obtención y preparación de suelo.
Otra de las características de la cooperativa sindical ha sido promover solo viviendas de protección oficial del segmento medio, sin entrar en el régimen especial "porque necesitamos asegurarnos el cobro", asevera Giménez. Eso quiere decir, a la práctica, pisos para parejas en las que trabajen sus dos miembros. Las primeras viviendas se construyeron en Polinyà y se empezaron a entregar en 1999.
Cada promoción tiene su propia cooperativa, completamente autónoma de las demás, para evitar que se mezclen las contabilidades y las tensiones presupuestarias, como sucedió en otras experiencias del sector. Hasta ahora, el 20% del precio del piso se pagaba durante los 18 meses que dura de media una obra, y el 80% restante mediante una hipoteca. Esta fórmula había funcionado muy bien hasta la aparición de las restricciones bancarias al crédito, que han dificultado a muchos jóvenes la posibilidad de disponer del citado 20% de capital inicial.
USOC ha dejado siempre claro que las viviendas de su cooperativa son para los afiliados. Advierten de que otros sindicatos que ofrecen servicios teóricamente más abiertos, priman también a sus asociados, ya que les exigen menos requisitos que los demás. Entre los que optan a formar parte de una cooperativa para poner en marcha una promoción, Habitatge Social prima a los que llevan más de cuatro años afiliados, con hijos, o a los discapacitados. En algunos casos, como ha sucedido en Abrera y Gavà, el ayuntamiento con el que han negociado el uso del suelo les ha añadido como requisito que los aspirantes estén empadronados en el municipio.
La última iniciativa de Habitatge Social ha sido la constitución del Grupo Valuaris, una cooperativa de segundo grado formada junto con cinco cooperativas más como socios, cuyo principal objetivo es la búsqueda de suelo para sus promociones y la negociación con más fuerza con las administraciones para incrementar la creación de suelo público para VPO en régimen cooperativo.
Etiquetas: cooperativas de viviendas, Habitatge Social USOC
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