El inversor extranjero no quiere inmuebles

EXPANSIÓN

En los últimos años una de cada cuatro viviendas que se vendía en España era adquirida por un inversor extranjero. El fenómeno de la inmigración y el interés de muchos inversores europeos por las costa española han contribuido en gran medida al boom inmobiliario español y también al alza de los precios.

Y entre esos inversores europeos han destacado en los últimos años los británicos, cuya colonia de residentes en España supera ya las 300.000 personas. De hecho, una encuesta realizada por Barclays-IESE concluía que España era para un 65% de los ciudadanos del Reino Unido el lugar ideal para instalar su segunda residencia. Y un 38% de los encuestados decía que este país era su enclave favorito para realizar una inversión inmobiliaria.

Atraídos por el buen clima, la mejora de las comunicaciones y por una oferta turística cada vez más completa, los ciudadanos del Reino Unido han ido adquiriendo inmuebles en la costa española, fundamentalmente en Alicante, Málaga, Murcia y Almería hasta convertirse en un elemento clave de desarrollo de esas zonas.

Ahora, la dinámica que ha mantenido la inversión extranjera en el sector inmobiliario español se ha frenado bruscamente. España ha dejado de ser el destino ideal. El Banco de España señala que la inversión extranjera en inmuebles bajó un 28% en septiembre de 2007. Como muestra de esta nueva coyuntura, Taylor Wimpey, la mayor promotora británica, que estaba construyendo 2.500 viviendas en España, ha decidido provisionar su inversión en este país al comprobar que sus ventas se han desplomado casi a la mitad.

La expectativa de una caída de los precios en este mercado, la crisis de algunas compañías inmobiliarias y algunos escándalos como la Operación Malaya en la costa de Málaga han perjudicado la posibilidades del mercado español y han llevado a los ciudadanos británicos a buscar nuevas alternativas, principalmente en países como Marruecos, el Este de Europa o Dubai.