Alvarez Cascos crea una firma para asesorar en el exterior a las constructoras españolas

C. Morán/ expansion

El ex ministro de Fomento, junto a un grupo de estrechos colaboradores, funda Spineq Europe. La compañía también colabora con varias administraciones europeas para facilitar el acceso a los fondos comunitarios.

El ex ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, ha decidido emprender, acompañado de estrechos colaboradores, una aventura empresarial en el mundo de la construcción y la financiación de grandes infraestructuras de transporte.

El que fuera máximo responsable de la puesta en marcha del mayor plan de obra pública en España, en el año 2000, ha fundado Spineq Europe, una sociedad especializada en el asesoramiento de constructoras españolas en el extranjero y en la promoción de nuevos proyectos. La nueva firma también presta servicio a los Gobiernos recién integrados en la Unión Europea, y a los de los países candidatos a ingresar en la UE, para aprender los mecanismos de captación y buen uso de los fondos comunitarios.

Gobierno Aznar

El ex secretario general del PP y vicepresidente durante la primera legislatura de José María Aznar, que se alejó de la vida política por razones personales justo antes de las elecciones del 14 de marzo de 2004, preside Spineq desde mayo del año pasado, fecha de constitución de la sociedad. Spineq es conocida en el entorno empresarial por su labor en los países de la ampliación y periféricos, principalmente, Rusia.

Esta región se ha convertido en una de las áreas de actividad más atractiva para las constructoras españolas. Por una parte, los nuevos socios comunitarios han sido los mayores receptores de las ayudas comunitarias para el periodo 2007-2013, en detrimento de países como España, Irlanda o Portugal. La mayor parte de estos recursos se destinarán a paliar el déficit de infraestructuras de transporte (aeropuertos, carreteras, puertos y ferrocarriles), por lo que representa una buena oportunidad empresarial que compensará la previsible pérdida de fuelle de la economía española.

Por otro lado, las constructoras españolas también han dirigido su mirada hacia el mercado ruso, en este caso, por la riqueza que ha generado el país gracias a las exportaciones de gas y de petróleo.

Spineq conoce de primera mano los planes del Gobierno de Vladimir Putin en materia de autopistas de peaje. Se trata de media docena de proyectos para mejorar las conexiones entre Moscú y San Petesburgo que han despertado el interés de varias compañías españolas como FCC (se ha aliado con una filial de Gazprom), OHL y ACS.

Hace tres semanas, Transtroy, una de las mayores constructoras rusas, propiedad del magnate del aluminio Oleg Deripaska, estuvo de visita en Madrid para sondear el interés de alguno de estos grupos y formalizar un acuerdo de colaboración. Deripaska ya es socio de ACS a través de la constructora alemana Hochtief, con fuertes intereses en Rusia.

En su etapa como titular de Fomento, entre 2000 y 2004, Álvarez Cascos ya estableció puentes con algunas de las administraciones de Europa del Este. Bajo la intermediación de la Comisión Europea, el anterior Gobierno del PP firmó un acuerdo de colaboración con el Ejecutivo polaco. El objetivo consistía en preparar a la Administración polaca para no desperdiciar la asignación de los fondos comunitarios por culpa de una mala planificación presupuestaria. En ese momento, el Ministerio de Fomento español era la unidad administrativa de la UE que movilizaba el mayor volumen de fondos comunitarios mediante ayudas directas y préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Sus socios

Entre los colaboradores más estrechos de Cascos en Spineq destaca, precisamente, Isabel Martín, que fue vicepresidenta del BEI y responsable de asuntos latinoamericanos. Los otros dos socios del ex ministro de Fomento son Benigno Blanco, ex secretario de Estado de Infraestructuras, y Antonio López Corral, ex alto cargo de Fomento y artífice de la actual legislación española en materia de concesiones de obra pública.

Según fuentes jurídicas, Álvarez Cacos no está sujeto a ningún tipo de incompatibilidad para desarrollar esta actividad, ya que ha superado, en todo caso, el límite temporal de dos años que marca la ley.