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lunes, septiembre 03, 2007

Bruselas investiga a fondo si las agencias de calificación cayeron en conflicto de interés

David Blázquez León/ abc
Madrid


La investigación abierta a las agencias de calificación de riesgo «rating» por parte de la Comisión Europea (CE) a través de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) por no detectar la crisis de las hipotecas basura «subprime» norteamericanas, está centrada en analizar si estas agencias vulneraron los principios de independencia, objetividad y conflicto de interés, a los que voluntariamente están adscritas en su «Código de Conducta».

Según fuentes cercanas a la investigación a las que ha tenido acceso ABC, Bruselas investiga actualmente el sistema de gobierno de las agencias de calificación, sus fuentes de obtención de recursos y los rendimientos obtenidos, para analizar si ha existido alguna anomalía en el cumplimiento de sus obligaciones que impidió que se detectara la crisis.

El volumen de hipotecas de alto riesgo no habría crecido tanto si no hubiera contado con las calificaciones favorables de estas agencias, aseguran las fuentes consultadas, que añaden que estas sociedades de «rating» no advirtieron con tiempo a los inversores del peligro de que su dinero podía verse afectado por las «hipotecas basura» de Estados Unidos.La globalización de la economía mundial ha provocado que hasta 4,2 billones de euros invertidos en fondos pueden estar ligados a estos créditos subprime, según datos que hizo público en un informe el pasado mes de abril el FMI, que, a diferencia de las agencias de rating, si ha estado clamando en el desierto sobre el peligro que se avecinaba.

El organismo regulador estadounidense (SEC), también ha observado «distorsiones de mercado» en la actuación de las agencias de «rating», igual que la Comisión Europea.

Ahora tanto desde Europa como desde Estados Unidos se les va a exigir a estas sociedades que justifiquen todos sus comportamientos de los últimos meses, sobre todo a las principales agencias de «rating», es decir, Standard & Poors, Moody´s -ambas estadounidenses- y Fitch Ratings -europea- que comenzaron a rebajar el «rating» de estas entidades «dudosas», cuando la crisis financiera ha aparecido.

Precisamente, los analistas han observado que las agencias no han reducido sus «ratings» de emisiones de bonos hasta final de julio. Fitch Ratings, bajó la calificación de bonos hipotecarios anteriores a 2007 por un importe superior a 9.600 millones de euros. Según «Bloomberg», esta agencia tiene «bajo análisis» cerca de 68.000 millones de euros en bonos ligados a las hipotecas «basura». Por otra parte, Standard & Poors ha detectado en las últimas semanas que más de 600 entidades están en peligro de reducir su calificación, de las cuales un 68% serían estadounidenses y un 16% europeas. Esta rebaja encarecería los costes de financiación debido a que el inversor exige una prima mayor por asumir un riesgo más alto.

La agencia Moody´s ha asegurado que aclarará a los reguladores y legisladores su papel y responsabilidad de lo sucedido, mientras que Standard & Poors, que también comparecerá para dar explicaciones, agencia que ya ha tomado medidas internas al aceptar la dimisión de su presidenta a nivel mundial, Kathleen Corbet, que la crisis «subprime» se ha llevado por delante.

El comisario de Mercado Interior, Charly McCreevy, encargado de la investigación, se reunirá en septiembre con los reguladores financieros para analizar la situación de las agencias de «rating» y los problemas que han aflorado en los mercados financieros.

La Comisión no tomará una decisión hasta abril de 2008 cuando se dé a conocer el informe y se revise el «Código de Conducta» de la IOSCO al que están sujetos las agencias, que asumen voluntariamente. En principio, Bruselas no tiene capacidad de imponer sanciones, instrumento que está en manos de las autoridades nacionales, pero quiere afinar al máximo sus conclusiones sobre si fallaron o no los controles sobre estas inversiones.

Nadie quiere acordarse del terrible «caso Enron» en EE.UU. que dejó la credibilidad de las auditoras por los suelos y que a la postre significó la desaparición de la histórica compañía Arthur Andersen, que era la que auditaba a Enron.

Ahora no es validar con una firma toda la contabilidad de una empresa, pero son muchos los expertos consultados que creen que si estas agencias encargadas de «poner notas» hubieran alertado del cambio de expectativas de riesgo en fondos e inversiones ligados a las hipotecas «basura», la actual crisis podría haberse limitado.

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