Vivir en 10 metros por 350 euros
Un incendio en San Sebastián de los Reyes destapa la existencia de ocho minipisos ilegales
"Todo está asegurado y es legal", dice el hermano de la dueña por una rendija
Las miniviviendas carecían de licencia para ser habitadas, según el Consistorio
LUCIA MAGI - Madrid
El País, 27/07/2007
"Todo está asegurado y es legal", dice el hermano de la dueña por una rendija
Las miniviviendas carecían de licencia para ser habitadas, según el Consistorio
LUCIA MAGI - Madrid
El País, 27/07/2007
"Cuando cocino, no puedo abrir el grifo del fregadero porque salpica el agua y se me apagan los fogones". Thelma Valderrama busca su gato en el patio. Ha saltado desde la ventana por el humo del incendio que se declaró en el piso de enfrente. El apartamento de Thelma, en el número 30 de la calle de Gerona, en San Sebastián de los Reyes, es más bien una habitación. Mide unos diez metros cuadrados y tiene un pequeño aseo y placa de cocina. Comer, dormir, lavarse: vivir en cuatro metros por tres. En la misma planta se hallan otras siete viviendas de entre 10 y 15 metros cuadrados. Todas ilegales, según el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes. Una de ellas fue pasto de las llamas en la mañana de ayer.
Eran las 10.45 y los vecinos vieron salir humo por debajo de la puerta de la habitación que comparten un hombre de 30 años y su mujer, de la misma edad y embarazada de tres meses. El incendio sucedió por causas desconocidas. Los bomberos encontraron el fuego muy evolucionado, pero impidieron que afectara a los otros pisos cercanos, ocho minipisos en la planta baja, y cinco, de tamaño superior, en la primera. Encontraron el cuerpo inconsciente de un varón de 30 años con quemaduras en la cara, en la espalda y en los brazos. Tenía el 35% de su cuerpo abrasado. "Estaba todo negrito de arriba abajo", exclama, aún impresionada, la camarera de una cercana cafetería. El herido sigue ingresado en la zona de quemaduras del hospital La Paz. Su novia resultó intoxicada, pues respiró humo al intentar entrar en casa para despertar a su novio, que dormía en el sofá. Hay una tercera afectada leve, de 21 años, ingresada en el Ramón y Cajal.
Thelma, portuguesa, tiene el pelo largo recogido y guantes de goma amarilla: todos los inquilinos están echando una mano para borrar la mancha negra que las llamas han dejado en las paredes del pasillo de acceso a los minipisos. Su novio, Javi Díaz, natural de San Sebastián de los Reyes, explica: "Tengo todas mis cosas cerradas en cajas que guardo debajo de la litera. No cabe nada. Sólo una nevera y una cama". Javi y Thelma viven desde hace seis meses en la planta baja de este edificio de dos plantas. Aseguran que, como el resto de los inquilinos de los minipisos, pagan 350 euros al mes de alquiler, gastos de agua y gas no incluidos. Los billetes se entregan en la mano de la dueña, que no pasa recibo alguno, añaden. Este periódico intentó ayer, sin éxito, recabar la versión de la propiedad.
La ventana del piso incendiado se asoma a la calle de Gerona. Ayer estaba hendida, sin marco y enseñaba una habitación completamente abrasada. La entrada del inmueble olía a quemado. La primera puerta a la izquierda se abre sobre un pasillo estrecho. Parece la entrada a un piso normal y corriente. Pero no. Según un vecino, el espacio que ocupan las miniviviendas era antes una nave guardamuebles. En 1999, el Ayuntamiento autorizó que se convirtiera en vivienda. Pero no se transformó en un único apartamento, tal como permitía la licencia. Se troceó en ocho minipisos donde viven 10 personas en alquiler.
El alcalde de la localidad, Manuel Ángel Fernández (PP), abrió ayer un expediente para estudiar la legalidad urbanística y las medidas de seguridad del edificio, pues los técnicos municipales han considerado que los minipisos descubiertos no se ajustan a la licencia otorgada por el Ayuntamiento de este municipio de 67.000 habitantes; o sea, son ilegales. La normativa de San Sebastián exige una superficie de al menos 35 metros cuadrados para otorgar la cédula de habitabilidad, es decir, para considerar que un espacio es una vivienda.
El edificio de ladrillo rojo es propiedad de una mujer que ayer se encontraba en Galicia. Su hermano se personó en el inmueble. Lo único que dijo, por una rendija del portal, fue: "Todo está asegurado y es legal".
Eran las 10.45 y los vecinos vieron salir humo por debajo de la puerta de la habitación que comparten un hombre de 30 años y su mujer, de la misma edad y embarazada de tres meses. El incendio sucedió por causas desconocidas. Los bomberos encontraron el fuego muy evolucionado, pero impidieron que afectara a los otros pisos cercanos, ocho minipisos en la planta baja, y cinco, de tamaño superior, en la primera. Encontraron el cuerpo inconsciente de un varón de 30 años con quemaduras en la cara, en la espalda y en los brazos. Tenía el 35% de su cuerpo abrasado. "Estaba todo negrito de arriba abajo", exclama, aún impresionada, la camarera de una cercana cafetería. El herido sigue ingresado en la zona de quemaduras del hospital La Paz. Su novia resultó intoxicada, pues respiró humo al intentar entrar en casa para despertar a su novio, que dormía en el sofá. Hay una tercera afectada leve, de 21 años, ingresada en el Ramón y Cajal.
Thelma, portuguesa, tiene el pelo largo recogido y guantes de goma amarilla: todos los inquilinos están echando una mano para borrar la mancha negra que las llamas han dejado en las paredes del pasillo de acceso a los minipisos. Su novio, Javi Díaz, natural de San Sebastián de los Reyes, explica: "Tengo todas mis cosas cerradas en cajas que guardo debajo de la litera. No cabe nada. Sólo una nevera y una cama". Javi y Thelma viven desde hace seis meses en la planta baja de este edificio de dos plantas. Aseguran que, como el resto de los inquilinos de los minipisos, pagan 350 euros al mes de alquiler, gastos de agua y gas no incluidos. Los billetes se entregan en la mano de la dueña, que no pasa recibo alguno, añaden. Este periódico intentó ayer, sin éxito, recabar la versión de la propiedad.
La ventana del piso incendiado se asoma a la calle de Gerona. Ayer estaba hendida, sin marco y enseñaba una habitación completamente abrasada. La entrada del inmueble olía a quemado. La primera puerta a la izquierda se abre sobre un pasillo estrecho. Parece la entrada a un piso normal y corriente. Pero no. Según un vecino, el espacio que ocupan las miniviviendas era antes una nave guardamuebles. En 1999, el Ayuntamiento autorizó que se convirtiera en vivienda. Pero no se transformó en un único apartamento, tal como permitía la licencia. Se troceó en ocho minipisos donde viven 10 personas en alquiler.
El alcalde de la localidad, Manuel Ángel Fernández (PP), abrió ayer un expediente para estudiar la legalidad urbanística y las medidas de seguridad del edificio, pues los técnicos municipales han considerado que los minipisos descubiertos no se ajustan a la licencia otorgada por el Ayuntamiento de este municipio de 67.000 habitantes; o sea, son ilegales. La normativa de San Sebastián exige una superficie de al menos 35 metros cuadrados para otorgar la cédula de habitabilidad, es decir, para considerar que un espacio es una vivienda.
El edificio de ladrillo rojo es propiedad de una mujer que ayer se encontraba en Galicia. Su hermano se personó en el inmueble. Lo único que dijo, por una rendija del portal, fue: "Todo está asegurado y es legal".
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